Cuando conocemos a alguien, los primeros besos son importantes, pero lo son más para la mujer que para el hombre, señaló el experto en el estudio de los efectos y mecanismos de acción de las hormonas sexuales
Cuando damos un beso pueden ocurrir cambios en diferentes partes del cerebro, vinculadas con la satisfacción, el apego, las emociones e incluso con el despertar sexual.
Son tantas las sensaciones que origina un beso en la boca, que se le han adjudicado diferentes funciones biológicas: podría ser el preludio de una relación sexual, pero también de la selección de pareja, afirmó Ignacio Camacho, académico de la Facultad de Química (FQ).
Su importancia en los vínculos afectivos tiene mucho que ver con la sensibilidad de los labios, cien veces mayor que la de los dedos. Los labios son de las regiones del cuerpo con mayor representación en la corteza cerebral, y esto se relaciona con la relevancia que tienen en el sistema fonoarticulador, involucrado en la comunicación verbal.
Entonces, también son fundamentales para la expresión del lenguaje, como se observa en pacientes con enfermedades congénitas –como labio y paladar hendido–, dijo el experto.
El beso tiene su historia: hay imágenes desde los egipcios, y aun antes, en las que se representa a la gente besándose, acción que ocurre en alrededor de 90 por ciento de las culturas de todo el mundo, siendo las asiáticas y las de Oriente Medio las que menos se besan.
La frecuencia con que las parejas unen sus labios se vincula con la satisfacción que tienen en su relación. “Muchas veces dejan de tener ese acercamiento porque ya no son felices; aunque también puede tratarse de una cuestión cultural, de pensar que después de muchos años puede ser cursi seguir besándose”.
En algunas parejas, sobre todo las que tienen mucho tiempo juntas, los besos podrían ser más importantes que las relaciones sexuales, porque tienen un significado de reforzamiento de los lazos sentimentales.
Las sensaciones y emociones que se generan por un beso ocasionan mucho placer, entonces queremos repetirlo. “Al unir los labios con los de otra persona, en nuestro cerebro se liberan algunos neurotransmisores relacionados con el placer, así como moléculas llamadas péptidos opioides y otras sustancias muy importantes en el apego, como la oxitocina y la vasopresina”, añadió el científico.
Cuando conocemos a alguien, los primeros besos son importantes, pero lo son más para la mujer que para el hombre, “y eso podría ser porque el acto de besar pudiera estar relacionado con la selección de pareja”.
Las diversas sustancias que se encuentran en la saliva, como hormonas y proteínas involucradas en la respuesta inmunológica, de un modo que se desconoce son detectadas por la otra persona, y esto la podría llevar a pensar que su pareja es apta para mantener una relación que implique la procreación.
Además de la parte gustativa, hay una parte olfativa que también es relevante al momento de besar, dado el acercamiento que se da entre los dos cuerpos. Es un momento en que se perciben diversos estímulos gustativos y olfativos, que generan distintas respuestas en nuestro organismo.
Camacho expuso que los besos tienen una connotación diferente cuando sólo se pretende excitar a la otra persona para tener una relación de una noche, que cuando se quiere una de largo plazo. Además, se ha determinado que la frecuencia del besar es mayor antes de una relación sexual, y disminuye durante y después de la misma.
En algunos casos también se ha visto que es más importante el primer beso que la primera relación sexual. Después de besar a alguien la primera ocasión pueden cambiar los parámetros de atracción, y ésta puede aumentar o disminuir.
Ignacio Camacho reconoció que a pesar de lo que se sabe en torno a los besos, aún hay aspectos que se desconocen, como cuáles son los cambios a nivel neurofisiológico o neuroendocrino. Hasta ahora, los modelos de estudio se basan, en su mayoría, en cuestionarios o presentación de imágenes para que las personas expresen qué sienten o piensan; también se miden las hormonas en muestras de sangre. Se trata, en realidad, de un fenómeno complejo.
Pero besar en la boca también puede tener una parte negativa, pues por medio de la saliva pueden contagiarse infecciones (ocasionadas por virus o bacterias) como influenza, mononucleosis (que también es llamada enfermedad del beso) y otros tipos de herpes. En cada beso se pueden transmitir cientos de virus y bacterias, advirtió.
No obstante, besar a alguien es un signo de apego, de tener un sentimiento por la otra persona y querer estar junto a ella, señaló el experto en el estudio de los efectos y mecanismos de acción de las hormonas sexuales, y el papel de éstas en la conducta sexual en modelos animales.
Es de tomar en cuenta que “las sensaciones que produce el beso son universales”, resumió Camacho.
En general, besar puede ser benéfico para el organismo. En Japón –un país donde las personas no suelen besarse tanto en la boca– se han hecho estudios en gente que padece alergias, como rinitis. Les toman muestras de sangre, les ponen música, se besan media hora y después les vuelven a tomar sangre. Ahí se ve cómo disminuyen las moléculas involucradas en las alergias; así, parece ser que besar es un buen relajante y alternativa contra las alergias.
Ese resultado puede deberse a que las emociones a nivel del sistema nervioso central repercuten en otros sistemas, como el endócrino e inmunológico. No sólo es por los elementos de la saliva, sino además porque se pueden dar cambios a nivel cerebral que ocasionan esa respuesta benéfica.