La actividad física podría reducir las causas del ingreso de las personas mayores a instituciones de estancia prolongada como albergues o asilos, otorgándoles mayor calidad de vida
Dado que el sedentarismo en las personas mayores es preocupante para nuestro país y sus efectos negativos aumentan el estrés psicológico, así como la presencia de algunas enfermedades como diabetes mellitus, obesidad, osteoporosis, osteoartrosis, cardiacas y algunos tipos de cáncer, entre otras; debemos fomentar la actividad física como un hábito en esta estapa de la vida.
La magnitud de estos factores en las personas de sesenta años y más conduce a disminuir o a perder la autonomía física para realizar las actividades básicas cotidianas como vestirse, desnudarse, lavarse o comer solos.
Por este motivo, es prioritario el ejercicio físico constante y progresivo, la ingesta de nutrientes adecuados y los estímulos que contrarresten los efectos del declive orgánico por el paso de los años.
Sofía Hernández Rodríguez de León, médica cirujana y especialista en medicina del deporte y actividad física, de la UNAM, define el ejercicio físico como “una modalidad de actividad física libre y voluntaria en la que se llevan a cabo movimientos corporales planeados, estructurados y repetitivos, para mejorar o mantener una o más cualidades biomotoras (fuerza, resistencia, flexo-elasticidad y velocidad de reacción), y para lo cual es indispensable cierta periodicidad”.
De acuerdo con el Modelo de Cultura Física para Personas de Edad Avanzada del INAPAM, mantener la capacidad física y cognitiva redunda en los siguientes aspectos:
Físicos
- Aumenta la capacidad y la ventilación pulmonar, la óptima oxigenación de la sangre; refuerza la actividad cerebral y mejora la resistencia al esfuerzo.
- Al aumentar el metabolismo se neutraliza la descalcificación y se reduce el nivel de grasa en la sangre (colesterol), generador de enfermedades cardiometabólicas.
- Favorece la flexibilidad y el libre movimiento articular al fortalecer la resistencia de ligamentos y tendones.
- Disminuye el sobrepeso y la obesidad, además de aumentar la masa muscular.
Psicológicos
- Favorece la integración del esquema corporal, mejora el estado de ánimo y el bienestar general al conservar más ágiles y atentos los sentidos.
- Incrementa la calidad del sueño al disminuir la ansiedad, el insomnio y la depresión.
- Incrementa los sentimientos de competencia y auto eficacia.
- Disminuye la sintomatología somática; mejora la capacidad para el autocuidado.
- Incrementa el autocontrol, la capacidad de solidarizarse, la autonomía y el manejo adecuado de la realidad práctica.
De ahí la importancia del ejercicio físico sistemático en este sector de la población, pues ayuda a controlar y prevenir las enfermedades; refuerza su autonomía y por ende, disminuyen los cuidados familiares.
Este factor podría reducir las causas del ingreso de las personas mayores a instituciones de estancia prolongada como albergues o asilos, otorgándoles mayor calidad de vida.