Por Ana Paula Domínguez (@anapauyoga)
Yoga para niños, lo mejor para enseñarles a disfrutar la vida en armonía.
Los yoguis se inspiraron para desarrollar las posturas de yoga (asanas), usando a las plantas y a los animales, como fuente de inspiración. Al practicar estas posturas, el niño aprenderá a imaginar las cualidades de la naturaleza y a integrarlas en su ser. Además a través de las posturas, el niño tendrá la posibilidad de poner atención en su proceso respiratorio y en como el respirar atentamente, le produce un estado de calma y bienestar.
Vivimos en una realidad muy atribulada que definitivamente tiene un efecto en nuestros hijos y les hace vivir acelerados.
El yoga beneficia a nuestros hijos de muchas formas, a través de su práctica:
- aprenderán a vivir sin estrés.
- a promover su auto estima y la empatía con los demás.
- a ser conscientes de su cuerpo.
- a conectar con sus emociones.
- a mantener la flexibilidad del cuerpo.
- a estar atentos al momento presente y a concentrarse.
- a equilibrar sus hemisferios cerebrales.
Enseñando las posturas de yoga a sus hijos.
Es importante como papá que permitas que el niño juegue con las posturas de yoga. Permite que tu hijo cuente el número de respiraciones que realiza y que haga el sonido de los animales. Invítalos a convertirse en árboles o cobras o bebés. Deja que imaginen lo que significaría ser un árbol y permanecer en esa postura por cientos de años. La respiración es la parte más importante de la práctica de yoga. Se hace a través de la nariz y con la boca cerrada, a menos de que se indique lo contrario. Trata de enseñar a tu hijo a subirse a la ola de la respiración y dígale que visualice su respiración como una ola que sube y que baja, que sube y que baja…..
POSTURA DEL ARBOL
1. Ponte de pie con las piernas abiertas a la altura de la cadera. Verifica que tus pies se encuentren verticales y que no salgan hacia los lados. Cierra tus ojos y visualiza un árbol, -el que mas te guste-, enfrente de ti. Visualiza sus raíces fuertes creciendo debajo de la tierra, y sus ramas creciendo suaves hacia el cielo. Abre tus ojos.
2. Sin mover tu pie izquierdo, apoya tu pie derecho lo más alto que puedas sobre la pierna interna izquierda. Abre tu pie rodilla derecha hacia un lado y presiona la planta del pie para que no se resbale. Mantén la pierna izquierda derecha. Para encontrar tu equilibrio, mira un punto fijamente enfrente de ti y respira suavemente.
3. Una vez que hayas encontrado tu equilibrio, junta las dos palmas de las manos y estíralas sobre tu cabeza. Relaja los hombros. Siente como tus pies son como las raíces del árbol y empujan hacia la tierra. Siente como el tronco de tu cuerpo crece libre hacia el cielo. Concéntrate y respira profundo. Trata de llegar a 10 respiraciones profundas y cambia de lado.
4. Pídele a tu papá o a tu mamá que hagan la postura contigo y diviértanse juntos.
Esta postura alinea tu columna vertebral y te ayuda para encontrar tu equilibrio de mente y cuerpo. Mejora tu concentración.
POSTURA DE LA COBRA
Esta postura abre la parte superior del tórax, y ayuda a liberar la tensión de los músculos.
- Acuéstate sobre tu abdomen y relájate un momento en esta postura. Junta los dedos gordos de los pies y estira las piernas. Pon la frente en el piso.
- Apoya tus manos en el piso, a los lados del pecho. Abre bien los dedos de tus manos y verifica que la mano quede plana en el piso. Inhala profunda y eleva el pecho hacia el cielo. Exhala y sesea como haciendo el sonido de una cobra (ssssssssss). Quédate en un lugar en donde estés a gusto y sigue respirando 5 veces más. Recuerda. Inhalas por la nariz y exhalas imitando el sonido de una cobra.