La depresión pareció minimizarse cuando las personas decían tener cuatro o cinco relaciones cercanas y participar en actividades sociales semanalmente
Un reciente estudio recogido por la revista Science Alert reveló que las actividades sociales benefician especialmente a las personas que están relativamente aisladas socialmente, con tres o menos relaciones cercanas.
La investigación realizó un seguimiento de personas de 50 años o más de 13 países europeos, durante un período de dos años. Entre éstas, se exploró cómo el voluntariado, la educación, la participación en grupos políticos o religiosos o la participación en clubes deportivos o sociales influyeron en la salud mental.
Del mismo modo, se analizó cuántas relaciones sociales cercanas tenían los participantes en el estudio; definidas como el tipo de relaciones en las que hablarían de asuntos personales importantes.
Tras la observación, el estudio indicó que las actividades sociales beneficiaron especialmente a las personas que estaban relativamente aisladas. En cambio, para las personas con un mayor número de relaciones cercanas, la participación en actividades sociales no pareció mejorar su salud mental. Incluso se encontró que podría ser perjudicial para algunos de ellos.
A pesar de que el aislamiento social es perjudicial para la salud, los investigadores implicados, de cuatro universidades (Sur de Dinamarca, Oxford y Wellington en Nueva Zelanda), sostuvieron que las personas que lo experimentan pueden tomar medidas para mejorar su situación; por ejemplo, participando en actividades sociales formales.
Entre las personas que estaban relativamente aisladas socialmente, la investigación halló que una mayor participación en las actividades sociales estaba relacionada con una mejor calidad de vida y menos síntomas de depresión.
Según se explica, si estas personas participaran regularmente en actividades sociales, se produciría un aumento del 5 al 12% en las personas que informan tener una mejor calidad de vida; así como una reducción del 4 al 8% en las personas que experimentan síntomas de depresión.
Por lo que se señala, el 70% de las personas en la muestra, tenían tres o menos relaciones cercanas. En este contexto, si bien se sugirió que tener más relaciones sociales siempre es mejor, este nuevo estudio indica que puede no ser el caso.
Para sostener dicha indicación, los profesionales señalaron que dos de las variables del estudio (calidad de vida y síntomas de depresión) se mapean con dos variables de interés (número de actividades sociales y número de relaciones cercanas) para recoger curvas en forma de ‘U’.
Es decir, explican, que hay mala salud mental en niveles bajos de actividad social, buena salud mental en niveles moderados de actividad social y, nuevamente, mala salud mental en niveles altos de actividad social.
Asimismo, señalaron que la depresión pareció minimizarse cuando las personas decían tener cuatro o cinco relaciones cercanas y participar en actividades sociales semanalmente. Sin embargo, con cualquier actividad social mayor que esta, los beneficios comenzaron a disminuir, desaparecer o volverse negativos.
De hecho, esta recesión fue particularmente clara entre las personas que decían tener siete o más relaciones cercanas. Para estas personas muy ocupadas, participar en actividades sociales estaba relacionado con un aumento de los síntomas depresivos.
En este contexto, el estudio remarca que las personas generalmente dicen tener un promedio de cinco amigos cercanos. Los extrovertidos tienden a informar que tienen más amigos, pero al mismo tiempo se trata de amistades más débiles.
Así, los investigadores sostienen que las personas extrovertidas prefieren distribuir sus esfuerzos sociales entre mucha gente. Esto contrasta con los introvertidos, que prefieren centrar sus esfuerzos sociales en menos personas para asegurarse de que esas amistades funcionen bien.
Otra posibilidad que plantean es que demasiada actividad social se convierta en un factor de estrés. Esto puede conducir a resultados negativos, como un exceso de compromiso social, agotamiento emocional y cognitivo; así como fatiga o sentimientos de culpa cuando las relaciones sociales no se alimentan adecuadamente debido al tiempo limitado.
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CAB