Estudios han revelado que existe una relación entre la adquisición de enfermedades víricas como el Covid-19 y el déficit de vitamina D
Todos sabemos que una alimentación balanceada, ejercicio regular y un buen descanso, son las claves para tener una vida saludable; no obstante, el estilo de vida actual -con o sin pandemia- nos limita de alguno de ellos.
Ya sea que por cuestión de horarios que no comamos a nuestras horas, que por exceso de cansancio o flojera no hagamos ejercicio, o que por sobreestimulación de nuestros sentidos no podamos descansar, siempre dejamos un área deficiente lo que se convierte en una puerta para algún tipo de enfermedad.
Dentro de estas deficiencias existe una que en esta época de pandemia por Covid-19, podría costarnos nuestra salud de forma muy importante, y es la falta de vitamina D.
La vitamina D es un nutriente importante que ayuda al cuerpo a incorporar el calcio procedente de los alimentos que ingerimos. El calcio y la vitamina D permiten conjuntamente construir unos huesos fuertes; pero además, la vitamina D es fundamental para la salud del corazón y combatir infecciones.
Este nutriente juega un muy importante papel en la modulación de la respuesta inmune y gran cantidad de datos epidemiológicos indican que su déficit aumenta el riesgo de enfermedades infecciosas, así como infecciones víricas estacionales, esto al estar relacionada con la variación estacional de la exposición solar.
De acuerdo con algunos estudios que han comparado al coronavirus con el virus de la gripe, referente a su forma de transmisión y su evolución a neumonía; se ha revelado que existe una posible relación entre la adquisición de esta enfermedad y el déficit de vitamina D, e inclusive algunos ensayos clínicos han mostrado un posible beneficio con su suplementación.
Según el estudio «La suplementación con vitamina D podría prevenir y tratar las infecciones por influenza, coronavirus y neumonía» de los investigadores William B. Grant y Henry Lahore, los bajos niveles de vitamina D presentes en las poblaciones china y coreana podrían estar relacionados con el elevado número de infecciones y muertes por SARS-CoV-2, niveles que también varían en la población europea con los cambios de estación.
El trabajo también mencionan que ensayos clínicos revelaron que pacientes con neumonía que fueron tratados con altas dosis de vitamina D, que ya se encontraba conectados a ventiladores dentro de las Unidades de Cuidados Intensivos, mejoraron considerablemente.
También podría interesarte: Brasileño se cura del VIH con un cóctel de medicamentos
Para prevenir infecciones respiratorias se observó es necesario un nivel mínimo de 40 ng / ml de vitamina D, y fue en concentraciones de 25-hidroxivitamina D superiores a 50 ng / ml las que permitían una prevención de 27 % de enfermedades similares a la gripe.
A partir de la evidencia disponible, se hipotetizó que elevar las concentraciones séricas de 25-OH-D a través de la suplementación con vitamina D podría reducir la incidencia, la gravedad y el riesgo de muerte por gripe, neumonía y la epidemia actual de COVID-19.
¿De dónde viene la vitamina D?
El sol
Nuestro cuerpo fabrica vitamina D cuando nuestra piel se expone al sol, y dado que la pandemia nos obligó a estar en interiores, la población del mundo entero ha empezado a tener una deficiencia de este nutriente.
Alimentos
Aunque hay muy pocos alimentos que contienen vitamina D de forma natural, los alimentos más ricos son el pescado graso y lo aceites derivados del pescado.
Suplementos
Para obtener suficiente vitamina D, es necesario recurrir a un multivitamínico que contenga dicho nutriente, especialmente aquellos que digan vitamina D3, previamente supervisada por un médico.
¿Por qué hay que elevar los niveles séricos de vitamina D con suplementación?
En los meses posteriores al inicio de la epidemia por COVID-19 en España, se inició un estudio en entorno hospitalario (Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba) con administración de vitamina D en pacientes ingresados con infección aguda por COVID-19.
Tras los resultados se observó una reducción de la gravedad de la enfermedad en aquellos pacientes administrados con este nutriente.
En el primer contacto del organismo con el virus, la vitamina D activó la inmunidad a través de la producción interna de sustancias antivirales (defensinas y catelicidinas).
Estas sustancias limitaron el ataque vírico que el coronavirus produce por la acción de su «proteína espiga» que es responsable de su reproducción.
La vitamina D también previene el desarrollo de fallo pulmonar agudo reduciendo el sistema renina-angiotensia, disminuyendo la renina y aumentando la ECA 2, y así impidiendo que el organismo se dirija hacia una inflamación masiva y el shock.
Pero cuidado, estos estudios no indican que debemos consumir indiscriminadamente vitamina D sin una valoración exhaustiva de la persona, su perfil clínico y bioquímico, su estilo de vida, su hidratación y alimentación, así como el uso de otros complementos nutricionales y fármacos, junto a una continua monitorización.
Con información de PacoZea.Com
Contenido relacionado