En comparación con la actividad laboral baja, la actividad alta y muy alta se asociaron con un 13% y un 27% de aumento del riesgo de muerte, respectivamente
El primer gran estudio que muestra que la actividad física en el tiempo libre y la actividad física laboral tienen asociaciones opuestas, e independientes, con el riesgo de enfermedad cardiovascular y la longevidad se publicó en European Heart Journal, una revista de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC).
Estudios anteriores han sugerido que la actividad laboral está relacionada con un mayor riesgo de enfermedad cardíaca y mortalidad, pero han sido demasiado pequeños para explicar plenamente si esto se debía al trabajo manual o a que los empleados tenían estilos de vida poco saludables o un bajo nivel socioeconómico.
De acuerdo con este nuevo estudio, en comparación con la baja actividad física en el tiempo libre, tras el ajuste por edad, sexo, estilo de vida, salud y educación, la actividad moderada, alta y muy alta se asoció con una reducción del 26%, 41% y 40% del riesgo de muerte, respectivamente.
Por el contrario, en comparación con la actividad laboral baja, la actividad alta y muy alta se asociaron con un 13% y un 27% de aumento del riesgo de muerte, respectivamente.
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El profesor Holtermann, quien encabezó el estudió, señala que “muchas personas con trabajos manuales creen que se ponen en forma y son saludables gracias a su actividad física en el trabajo y, por tanto, pueden relajarse al llegar a casa.
Por desgracia, continúa, nuestros resultados sugieren que no es así. Y aunque estos trabajadores podrían beneficiarse de la actividad física en el tiempo libre, después de caminar 10 mil pasos mientras limpian o de estar de pie siete horas en una línea de producción, la gente tiende a sentirse cansada, lo que supone un obstáculo”.
Además, el experto insiste en que “el trabajo que implica el levantamiento de objetos durante varias horas al día aumenta la presión arterial durante muchas horas, lo que está relacionado con el riesgo de enfermedades cardíacas, mientras que las ráfagas cortas de actividad física intensa durante el ocio sólo aumentan la presión arterial brevemente”.
La recomendación del profesor Holtermann es reorganizar la actividad laboral para que imite los aspectos beneficiosos del ejercicio en el tiempo libre.
Se están probando varios enfoques, como la rotación entre puestos de trabajo en una línea de producción para que los empleados hagan una “mezcla saludable” de estar sentados, de pie y de levantar objetos durante un turno, apunta.
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CAB