El uso de la herbolaria tiene orígenes remotos y dentro de nuestro país se han transmitido de generación en generación y de boca en boca
La encontramos en macetas, en aceites, dentífricos, cocteles, tés, platillos más elaborados y un sinfín de presentaciones. La menta es una planta que tiene una diversa gama de usos y sobre todo de beneficios.
Esta planta es originaria del Mediterráneo y aunque ubicamos la menta como esa planta pequeña de color verde, existen diversas clases de ella, una de las que más conocemos y usamos, aparte de la que llamamos menta, es la hierbabuena.
La menta mejora la digestión, aporta vitaminas como la A, C y E, también hierro y mentol. En algunas de sus variantes, como la menta mastranzo, ayuda a combatir dolores de cabeza y a una mejor digestión, dice el sitio de Larousse Cocina.
La menta también es un calmante natural, ayuda a regular el ciclo menstrual, reduce los gases intestinales e incluso el vómito; la menta piperita puede ayudar a problemas hepáticos y respiratorios, explica Larousse Cocina.
La Comisión Nacional Forestal (Conafor) también atribuye a la menta beneficios como la capacidad de combatir jiotes, hemorroides, ayudar a pies hinchados, fiebre y empacho, en su publicción “Plantas medicinales de la Farmacia Viviente del Cefofor: usos terapéuticos tradicionales y dosificación”.
Entre sus beneficios, la menta tiene un efecto anestésico, genera apetito, como lo detalla el canal de YouTube “Cocina al Natural”. También podrás usarla para vaporizar, cosa que puede ayudarte a expulsar flemas.
El uso de la herbolaria tiene orígenes remotos y dentro de nuestro país se han transmitido de generación en generación y de boca en boca; la menta ha estado presente dentro de las prácticas que usan los pueblos indígenas.
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Por ejemplo, según el libro, “Guía Ilustrada de Plantas Medicinales en el Valle de México”, publicado por el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas, la menta piperita, también llamada hierbabuena china, se usa para darse un baño luego de ser hervida y así tratar enfermedades como mezquinos y sarampión, también se aprovecha para tratar el estreñimiento, a partir de machacarla y colocarla en el abdomen.
Como té, la menta es benéfica ante el dolor de estómago y cabeza; como infusión para el dolor de muelas y machacada para tratar catarro.
En la publicación “Herbolaria Oaxaqueña para la salud”, perteneciente al Centro de Documentación (CEDOC) del Instituto Nacional de las Mujeres; la menta ofrece beneficios al ser usada como sedante, tonificante, desparasitante y para tratar inflamaciones de hígado y vesícula.
Aunque esta es medicina tradicional, la Biblioteca Digital de la Medicina Tradicional Mexicana de la Universidad Nacional Autónoma de México, expone en su sitio que dentro de la farmacología la menta ha sido investigada y los resultados han avalado muchos de los beneficios atribuidos a ella.
Algunos de sus extractos han presentado actividades analgésicas, contra hongos, bacterias y virus, antiespasmódicas, relajantes, antiinflamatorias, depresoras del sistema nervioso e incluso diuréticas.
Sin embargo, el uso de la menta también tiene algunos riesgos. Larousse Cocina advierte que, en dosis altas, algunos tipos de menta pueden ser tóxicos e incluso abortivos.
La Biblioteca Digital de la Medicina Tradicional Mexicana de la UNAM también dice que el uso de la menta puede ser abortivo y puede tener efectos adversos al sistema nervioso.
Y en estudios se ha observado que, a veces, puede causar efectos tóxicos renales, como picazón en la piel, temblores musculares e incluso puede ser letal en ciertas dosis para algunas personas.
La menta puede producir insomnio en dosis muy altas por la noche, según la publicación: “Herbolaria Oaxaqueña para la salud”.
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CAB
