Cada año se suicidan 800 mil personas en el mundo, lo que representa una muerte cada 40 segundos y durante el 2017 en México, se suicidaron 6 mil 559 personas
El suicidio es una conducta que inicia con la fantasía de muerte, posteriormente puede llegar a la idea de quitarse la vida, hasta alcanzar el intento o la consumación del mismo de manera deliberada.
Actualmente, de acuerdo con cifras de la UNAM, el suicidio representa la segunda causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años, y es de las causas más asociadas son los problemas familiares.
También se vincula con las relaciones interpersonales, trastornos mentales como depresión, ansiedad, abuso en el consumo de alcohol o de otras sustancias; y engloba diversos factores como los biológicos, psicológicos, sociales y culturales de los seres humanos.
Cada año se suicidan 800 mil personas en el mundo, lo que representa una muerte cada 40 segundos y durante el 2017 en México, se suicidaron 6 mil 559 personas.
Cabe destacar que existe una asociación genética del suicidio con agentes estresores ambientales. Recientes estudios han encontrado que el 11% de las personas que cometen un suicidio tienen un familiar de primer grado que también se ha suicidado; a su vez, del 6 al 8% de las personas tienen un antecedente familiar con intento de suicidio.
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También se registra que es mayormente consumado por el sexo masculino que el femenino: por cada 4 hombres que lo realizan, una mujer también lo logra, esto se debe a que los hombres utilizan métodos más letales y violentos; mientras que en las mujeres es mayor la frecuencia de intento, por cada 3 de ellas, sólo un hombre lo intenta.
Si estás envuelto en una situación de este tipo o conoces a alguien en este estado, la UNAM indica que debes considerar que la persona propensa a pensarlo, idearlo, planearlo, intentarlo o consumarlo manifiesta sentimientos de culpa, de inutilidad e infravaloración.
Los afectado también muestran afectaciones en sus hábitos de alimentación, ya sea con el aumento o disminución del peso y del apetito; cambios bruscos en el estado de ánimo, trastornos del sueño, aislamiento social, tristeza que se vuelve depresión, deserción escolar e incluso llega despedirse de amigos o familiares.
Algunos factores importantes de riesgo socio-demográficos es ser del sexo masculino, vivir solo, estar divorciado o separado, desempleado, haber tenido la jubilación reciente o tener problemas en el trabajo, económicos, de pareja, con los hijos o ser encarcelado.
No obstante, cabe tomar en cuenta que, para prevenir el suicidio es muy importante tener una atención psiquiátrica o psicológica de manera urgente.
Además, ante el intento de realizarlo se requiere, además, una valoración médica para verificar la gravedad de los daños realizados a su cuerpo.
Para ayudar a las personas que manifiestan o demuestran de alguna manera estar en riesgo de cometerlo se debe considerar restringirles el acceso a los medios de suicidio como posibles armas, medicamentos u otras sustancias.
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CAB