La pandemia ha generado este año un sentimiento de vulnerabilidad relacionado con la indefensión, la fragilidad y la inseguridad por el miedo a contagiarnos
Fechas significativas para los mexicanos, como el recién pasado Día de Muertos y otras por venir, como las fiestas decembrinas, se celebrarán en medio de la pandemia que obliga al aislamiento, por lo que es muy probable que se mezclen los sentimientos de cansancio, hartazgo y miedo con las emociones que movilizan las celebraciones de fin de año.
Así lo expresó la Mtra. Doris Soberanis Barrientos, Psicóloga Terapeuta Familiar y de Pareja de la Universidad del Valle de México Campus Santa Fe, quién recordó que la crisis sanitaria que enfrentamos desde hace meses ahora sigue despertando incertidumbre, y en especial, por no saber cómo será el cierre de año.
“Quizá han aparecido pensamientos acerca de, si nuestros familiares y amigos estarán sanos o enfermos, lo que nos ocasiona miedo constante a no contagiarnos, a perder algún familiar; temor a perder la sensación de vitalidad e incluso el temor a morir. Esta emoción la hemos enfrentado por largo tiempo, también hay angustia, que detona los sentimientos depresivos, el aburrimiento”, explicó la académica.
El estatus de alerta por el incremento de los casos de COVID-19, anticipa que hay medidas de aislamiento que se tendrán que reforzar, lo que podría profundizar la soledad de muchas personas; eso, sin duda, podría incrementar “el enojo, el hartazgo, el miedo, la incertidumbre entrelazándose con los sentimientos de nostalgia que aparecen en las fechas decembrinas”.
Tras considerar que la celebración del Día de Muertos se vio devastada a nivel económico, social, cultural y emocional, ya que no se pudo vivir como todos los años, como un festejo cargado de fiesta, alegría y convivencia familiar, en el que las personas solían visitar ofrendas, cementerios, la Mtra. Soberanis explicó que la población vive con la esperanza de que llegue la solución antes de las siguientes fiestas importantes.
“Constantemente, lo seres humanos tenemos la esperanza de que la pandemia ‘desaparezca’ o que surja la vacuna antes de diciembre porque tememos pasar ese último mes del año en soledad, o sin visitar a los familiares y amigos que no vemos desde hace tiempo. No cabe duda, queremos una solución prematura porque de lo contrario también esa festividad se vislumbra devastadora y, emocionalmente, habrá un impacto mayor en los sentimientos y emociones referidas anteriormente”, comentó.
La Maestra Doris Soberanis, dijo que la pandemia genera un sentimiento de vulnerabilidad que se relaciona con la indefensión, la fragilidad y la inseguridad por el miedo a contagiarnos, pero también con la impotencia que ello genera por no poder realizar las actividades acostumbradas, pues debemos mantener el distanciamiento social, y saber que estamos luchando contra un virus que no es visible.
Por otro lado, también han aparecido los sentimientos de descontrol expresado en crisis, caos, y paranoia y “¿por qué no? también el enojo, el hartazgo frente al confinamiento interminable aún”.
“Por lo tanto, el impacto en la salud mental seguirá siendo significativo durante la pandemia, aunado a las celebraciones próximas, lo que nos toca enfrentar como seres humanos en este momento vital es, nutrirnos emocionalmente de esperanza, y re-significar la importancia de la vida y la salud.
De esta forma encaminarnos a la reflexión y tolerancia ante la situación del aislamiento social que seguiremos enfrentando durante esta crisis sanitaria”, concluyó.
IPR
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