También conocido como “parto humanizado” se trata de una práctica en el que los derechos de la madre y sus deseos deben ser atendidos
Del 16 al 22 de mayo se celebra la semana mundial del Parto Respetado, sin embargo, muchas mujeres que han dado o van a dar a luz se preguntan en qué consiste y qué lo diferencia de un alumbramiento “normal”.
La iniciativa de dedicar una semana a este proceso obstétrico nació en 2004, gracias a la Asociación Francesa por el Parto Respetado (AFAR). Desde esa fecha celebra en varios países con el objetivo de visibilizar el modo en que se atienden partos en todo el mundo y exigir el cumplimiento de derechos vinculados al nacimiento.
Se trata de un proceso en el que la mujer es la protagonista del alumbramiento, al igual que su bebé, y en el que los profesionales de la salud que la atienden deben evitar a toda costa incurrir en violencia obstétrica en contra de la madre en ciernes.
También conocido como “parto humanizado” se trata de una práctica en el que los derechos de la madre y sus deseos deben ser atendidos, siempre y cuando no sean contradictorios a su salud y la del neonato.
El término ‘parto respetado” hace referencia al respeto a los derechos de las madres, los niños y niñas y sus familias en el momento del nacimiento.
Un parto de este tipo considera las particularidades de cada familia; como etnia, religión, nacionalidad, entre otras, acompañando a cada mujer en la toma de decisiones seguras e informadas ofreciéndole información real y actualizada.
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Según la Unicef “el parto respetado implica generar un espacio familiar donde la mamá y el recién nacido/a sean los protagonistas y donde el nacimiento se desarrolle de la manera más natural posible”.
Es decir, se trata de que el profesional de la salud o partera intervenga lo menos posible, solo para asegurar el bienestar del binomio madre-bebé, con procedimientos innecesarios como son tactos, rotura de membranas, maniobras para acelerar el nacimiento, entre otras prácticas consideradas obsoletas o violatorias de los derechos reproductivos de la mujer.
En un alumbramiento de este tipo, la madre podrá decidir qué posición mantener durante el trabajo de parto, mantenerse acompañada en el proceso, si ingerir o no líquidos y algunos alimentos ligeros como nueces y otros frutos secos y el uso o no de medicamentos que alivien el dolor de las contracciones.
Sin embargo, en México pocas mujeres acceden a este tipo de trato en los centros de salud, sean públicos o privados, especialmente cuando acuden a instituciones oficiales como el IMSS, ISSSTE o salubridad.
Las opciones para tener un parto humanizado en México son escasas y caras, algunas de ellas solo se encuentran disponibles en grande ciudades, lo que dificulta el acceso a este procedimiento.
La mujer que busca acceder a un parto respetado debe considerar que para que este sea nombrado así debe cumplir con características como:
- Recibir información veraz, clara y oportuna respecto a la existencia de complicaciones, ventajas e inconvenientes de los posibles tratamientos
- En todo momento se deben tener en cuenta sus deseos y necesidades, como estar acompañada por una persona de confianza o la ingesta de alimentos durante el parto
- Además de ser informada acerca del proceso de parto y alumbramiento, también deberá recibir datos acerca de las distintas intervenciones médicas que pueden tener lugar durante el parto y postparto
- La mujer debe ser participante activa de las diferentes decisiones y actuaciones de los profesionales de la salud
El parto humanizado no sólo implica el proceso de alumbramiento sino derechos adicionales como no ser sometida a ningún examen o intervención cuyo propósito sea de investigación.
También se refiere a que la mujer y el neonato no deben ser separados después del nacimiento, ni mientras permanezcan en el establecimiento sanitario, en tanto el bebé no necesite cuidados especiales.
Además, la madre deberá recibir información acerca de los beneficios de la lactancia materna y recibir apoyo para amamantar, además de asesoramiento e información sobre los cuidados de sí misma y del bebé, y sobre anticoncepción tras el postparto.
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CAB