Se puede tener actividad sexual solo como una descarga, una pulsión. Pero en el erotismo es donde se anticipa, se prepara, se estiliza y se humaniza el sexo y el placer
En el ritmo de vida actual que nos atrapa estar ocupado es la constante. Y dentro de todas las dimensiones que conforman una relación de pareja, la dimensión erótica es una que constantemente queda a la deriva, invisibilizada, incluso – si bien va- limitada a lo genital, y en muchos casos hasta omitida.
Hablar de sexo se queda corto en relación a nuestra capacidad erótica. El sexo, en sentido literal, es reproductivo y es lo que practican instintivamente los animales. Tenemos una parte instintiva, sí, pero sobre nuestra sexualidad se construyen otras prácticas que pueden o no incluir lo genital: la seducción, la sensualidad, el erotismo, el amor. Se puede tener sexo solo como una descarga, una pulsión, un alivio y no es malo siempre que sea consensuado. Pero en el erotismo es donde se anticipa, se prepara, se estiliza y se humaniza el sexo y el placer.
Siendo lo distintivo de la vida en pareja la dimensión erótica, a diferencia de cualquier otra relación de amigos, colegas, o de parentesco, el sexo juega un papel esencial para vincular, intimar y construir lazos sólidos. De ahí la importancia de cultivarlo, transformarlo, descubrirlo cada día y actualizarlo.
Así pensado, ¿cuáles serían aquellas prácticas habituales de las parejas con una vida sexual satisfactoria?
1.- Hablan sobre sexo:
Las parejas utilizan el diálogo para abordar lo que es importante para cada uno en su vida erótica. Comunicar qué te gusta, qué te excita, y esas “novedades” que quieres intentar, de manera constructiva, oportuna y sin miedo, es importante (y puede ser excitante también). Lo mismo sirve para poner sobre la mesa “cuando alguno no está de humor”, por la razón que sea, sin atacar al otro. El lenguaje del sexo va más allá de la habitación y –además de besos y caricias- requiere de palabras para hacerle saber a la otra persona los deseos individuales.
2.- Se dan el tiempo para gozarse:
Quítate esa idea de que tener que agendar un espacio para tener sexo con tu pareja es síntoma de que las cosas van mal. La vida dista mucho de ese ideal que en algún momento todos imaginamos además que el “acelere” del día a día lleva a descuidar la satisfacción sexual. Las parejas que suelen hacerse un espacio para el sexo suelen transmitir algo muy claro: mi pareja, mi relación y nuestro disfrute sexual son importantes.
3.- Favorecen la intimidad:
Entienden que las buenas prácticas sexuales y el erotismo no se da así porque sí, sino que conlleva un cierto empeño. Hoy si bien podemos, por la situación de la pandemia, estar más “pegados” que nunca, genera espacios en que se den prioridad, con las menos distracciones posible y haciendo de lado los pendientes. La intimidad que estos espacios generan favorece el intercambio sexual.
4.- Disfrutan lo que hay:
Muchas personas están esperando que el sexo con su pareja sea como de película y la realidad está muy lejos de ser eso. En la vida real hay momentos torpes, incómodos y ridículos y lejos de avergonzarse o tomarlo personal, las parejas que se ríen de la situación y lo toman a la ligera son mucho más felices.
5.- Mantienen la llama encendida:
Sorprende a tu pareja con un mensaje pícaro o una fantasía que tenías guardada por ahí. Recuerda que el erotismo va más allá de la cama y del intercambio sexual. Mantener esa tensión constante es algo que favorece la satisfacción sexual. Como bien canta Rossana “a fuego lento me haces agua”.
6.- Entienden los tiempos sexuales:
La sexualidad cabalga con la vida, y en momentos diferentes del ciclo vital se adapta a los cambios que los individuos y las situaciones que van atravesando. No se puede vivir la misma pasión tras dar a luz a un hijo o atravesando una migración de país. No se degusta el sexo a los 23 que a los 46.
7.- Cultivan su capital erótico mutuo:
Conscientes de la importancia de la dimensión erótica en la relación, cultivan de manera personal y en sus intercambios de pareja, su cuidado y belleza física, su vitalidad, su salud, su atractividad que incluye el caminar, los gestos, el encanto con su sentido del humor y sociabilidad. Esto permite que se adueñen del cuerpo como forma de expresión hacia el otro y en una actitud de deseo y apertura hacia el otro.
Para cerrar: No se trata de hacer de estas opciones un pendiente tortuoso. Intégralo de a poco y no esperes a que tu pareja tome la iniciativa: corre el riesgo y empieza tú.
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