Datos del Inegi indican que hasta el año 2019, se registraron 23 mil 868 casos de muerte fetal, el mayor número desde 2012
La muerte fetal es una de las complicaciones más trágicas y difíciles de enfrentar en la práctica obstétrica diaria. Significa un problema de salud pública que ocurre con una frecuencia de aproximadamente 6 casos por cada 1000 nacidos vivos, y es responsable de la mitad de las muertes perinatales.
Es uno de los resultados adversos más comunes del embarazo, y ocurre cuando el bebé muere antes o durante el parto. Tanto el aborto espontáneo como la muerte fetal describen la pérdida de un embarazo, pero difieren en función de cuándo sucede esta pérdida.
Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) el aborto espontáneo generalmente se define como la pérdida de un bebé antes de la vigésima semana de embarazo, y la muerte fetal es la pérdida de un bebé después de este periodo.
La muerte fetal, a su vez, se clasifica como temprana, tardía o a término.
- La muerte fetal temprana ocurre entre las 20 y 27 semanas completas de embarazo.
- La muerte fetal tardía ocurre entre las 28 y 36 semanas completas de embarazo.
- La muerte fetal a término ocurre a partir de las 37 semanas completas de embarazo.
Afecta aproximadamente al 1 % de todos los embarazos, solamente en Estados Unidos, cada año alrededor de 24 mil bebés nacen sin vida. Esta cantidad es más o menos la misma que la de los bebés que mueren durante el primer año de vida, y es más de 10 veces mayor que la cantidad de muertes ocurridas por el síndrome de muerte súbita del lactante (SIDS, por sus siglas en inglés).
En el caso de México, datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) indican que hasta el año 2019, se registraron 23 mil 868 muertes de este tipo, siendo la cifra más alta en los últimos ocho años dado que el promedio entre 2012-2018 fue de 22 mil 327 casos por año.
Gracias a los avances en la tecnología médica durante los últimos 30 años, el cuidado prenatal (la atención médica durante el embarazo) ha mejorado, lo cual ha reducido notablemente la cantidad de casos de muerte fetal tardía y a término. Sin embargo, la tasa de mortalidad fetal temprana se ha mantenido prácticamente igual a lo largo del tiempo.
A la muerte fetal sin una razón conocida se la llama “muerte fetal sin causa aparente”. La muerte fetal sin causa aparente tiene más probabilidad de ocurrir cuanto más avanzado esté el embarazo. Para tratar de comprender por qué el bebé murió antes de nacer, es importante que se le realice una autopsia y otras pruebas de laboratorio. Su proveedor de atención médica puede darle más información sobre este tema.
Estos casos ocurren en familias de todas las razas, grupos étnicos y niveles de ingreso, y en mujeres de todas las edades. Sin embargo, hay una mayor frecuencia entre ciertos grupos, que involucran a mujeres que:
- Son afroamericanas
- Tienen 35 años de edad o más
- Tienen un bajo nivel socioeconómico
- Fuman durante el embarazo
- Tienen ciertas afecciones, como presión arterial alta, diabetes y obesidad
- Tienen embarazos múltiples, como trillizos o cuatrillizos
- Han perdido un embarazo anteriormente
Esto no significa que cada persona de raza negra o de mayor edad tenga un mayor riesgo de sufrir la pérdida de un bebé por muerte fetal. Significa simplemente que, como grupo en general y en comparación, entre todas las madres de raza negra o de mayor edad ocurren más casos de muerte fetal que entre las madres blancas y las madres menores de 35 años.
Las diferencias en los factores como salud materna, ingresos, acceso a atención médica de calidad, estrés, recursos de apoyo social y emocional, y aspectos culturales podrían explicar cómo estos factores se relacionan con la pérdida de un bebé por muerte fetal. Se necesita investigar más para determinar la causa subyacente de las muertes fetales en estas poblaciones.
Estos factores también están asociados a otros desenlaces adversos del embarazo, como el nacimiento prematuro. Así, en 2016 la OMS revisó sus recomendaciones y directrices para el cuidado prenatal; en esta revisión, la institución elevó de cuatro a ocho el número mínimo de revisiones médicas sugeridas antes del parto.
IPR
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