Las grasas no son el malo de la película, también las necesitamos

0
581
Las grasas no son el malo de la película, también las necesitamos
Las grasas no son el malo de la película, también las necesitamos

Pese a que en lo personal no recomiendo el consumo de vísceras, lo cierto es que la grasa no es tan mala como nos habían contado, ni las ensaladas tan nutritivas

Por Dr. Jorge Reskala de Biaani México

Recientemente un estudio publicado en la revista San Francisco Gate revela que los tacos de tripa son más saludables que una ensalada, después de que se realizara un análisis de sus componentes. De acuerdo con la revista, una porción de este platillo aporta varios beneficios al organismo dado su valor nutricional, pese a los prejuicios que puedan tenerse al respecto. De acurdo con el estudio, una porción de 114 gramos aporta 96 calorías, de las cuales 94 corresponden a proteína y tan sólo 2 gramos a grasa saturada.

Y pese a que en lo personal no recomiendo el consumo de vísceras (ni lo hacemos en el orden alimenticio que manejamos en Biaani), lo cierto es que la grasa no es tan mala como nos habían contado, ni las ensaladas tan nutritivas (realmente es muy baja la cantidad de vitaminas y minerales que aportan). De hecho, la carne siempre será mucho más nutritiva que las ensaladas. 

Una porción regular de carne de res (tampoco recomiendo el cerdo pero la carne de res definitivamente si), tiene un alto contenido de vitamina B12 que no se puede obtener en ninguna otra fuente, así como de niacina y manganeso, y por supuesto aporta la cantidad de proteína recomendada. Solo la carne aporta la lisina necesaria para el cuerpo, que entre otras funciones fortalece el sistema inmunológico, y el triptófano que tiene una acción importante en la producción de serotonina y dopamina que interviene en distintas funciones del sistema nervioso central que nos ayudan en los procesos cognitivos así como también a tener una sensación de bienestar.

Últimamente he estado viendo en diferentes partes, información sobre la tendencia a perderle miedo a las grasas. Y es que pese a que hemos aprendido que las grasas son las culpables del sobrepeso y de un sinfín de enfermedades, la verdad es que el cuerpo necesita de las grasas para nivelar su temperatura, proteger órganos vitales, producir hormonas, transportar vitaminas y como reserva energética.

En cambio, solemos tener una dieta diaria alta en carbohidratos que son los verdaderos responsables -en la mayoría de los casos- del sobrepeso y de varias enfermedades, junto con los lácteos.

Sin embargo, hay que tener presente que efectivamente es mejor evitar las grasas saturadas (las que se solidifican a temperatura ambiente) como las trans de los pasteles y las galletas, y las grasas hidrogenadas presente en gran parte de la comida procesada.  Y también hay que tener presente que el consumo de cualquier grasas debe ser moderado porque como siempre digo: la diferencia entre medicina, alimento y veneno es la dosis (la cantidad).

Las grasas están formadas fundamentalmente por triglicéridos que, a su vez, tienen estructuras más sencillas conocidas como ácidos grasos. Según el tipo de ácido graso de cada triglicérido, habrá distintos tipos de grasa con efectos distintos en el organismo: ácidos grasos saturados, insaturados (monoinsaturados y poliinsaturados) y ácidos grasos trans. 

Las grasas pueden ser sólidas o líquidas. Existen unos tipos de ácidos grasos insaturados (los denominados omega 3 y omega 6) que se llaman ácidos grasos esenciales, porque son necesarios para diversas funciones fisiológicas, y que el cuerpo no los sintetiza y sólo pueden obtenerse a través de la alimentación. 

Estas grasas insaturadas suelen verse en forma líquida a temperatura ambiente, por eso es que su presentación más común sea en forma de aceites. Y la razón por la que a veces las denominamos grasas buenas es porque controlan los niveles del colesterol alto y las enfermedades relacionadas con el corazón.

Los ácidos grasos líquidos o aceites que conviene consumir son: para comer en frio, el aceite de uva o de aguacat; para comer en caliente, es decir, para cocinar, lo mejor es usar aceite de coco o de oliva (importante checar en la etiqueta que sea prensado en frío). Para cocinar también se puede usar mantequilla clarificada conocida también como Ghee.

Algunos de los beneficios del aceite de oliva son:

  • Controla el colesterol. El aceite de oliva es el mejor aliado para regular el colesterol, eliminando los excesos del colesterol malo en el organismo.
  • Mejora la circulación
  • Fortalece el sistema inmunológico
  • Combate la diabetes
  • Protege el cerebro
  • Alivia los dolores articulares
  • Ayuda a perder peso
  • Nutre la piel

Médico Naturópata fundador de Biaani, orden integral de bienestar para recuperar el equilibrio. Twitter: @DrReskala, Facebook: Biaani,   Instagram: @Biaanimexico, Mail: info@biaanimexico.com

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here