Se analizaron más de 28.060 metagenomas intestinales humanos y 2.898 genomas aislados bacterianos cultivados del intestino humano
Investigadores buscaron y analizaron los virus que infectan las bacterias que viven en el intestino humano. Se trata de los llamados bacteriófagos, o fagos, unos virus que infectan bacterias y arqueas y que influyen profundamente en las comunidades microbianas, o microbioma intestinal.
Como resultado, los científicos lograron crear una base de datos con 142.809 genomas de fagos intestinales, que permitió expandir una “diversidad de fagos intestinales previamente desconocida”.
Los investigadores usaron un método llamado metagenómica para identificar los virus; consiste en analizar todo el material genético de una comunidad de microbios en su conjunto y mapear las secuencias individuales encontradas para especies específicas.
Durante el estudio, los científicos analizaron más de 28.060 metagenomas intestinales humanos, de muestras tomadas en 28 países, y 2.898 genomas aislados bacterianos cultivados del intestino humano.
La base de datos de fagos intestinales creada consta de un total de 142.809 genomas de fagos intestinales no redundantes “derivados del análisis de 28.060 muestras metagenómicas distribuidas globalmente”.
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Los científicos apuntan que, “durante décadas, el descubrimiento de fagos se produjo a un ritmo lento”. Pero con la llegada de la metagenómica de alto rendimiento fue posible descubrir una cantidad incomparable de diversidad de fagos novedosos”.
“Sin embargo, el alcance de la diversidad viral y su prevalencia en el intestino humano sigue siendo en gran medida desconocido”, indicaron los investigadores en el estudio, titulado ‘Expansión masiva de la diversidad de bacteriófagos intestinales humanos’ y publicado en la revista Cell.
De acuerdo con los especialistas, “El impacto de los fagos en diferentes ecosistemas está comenzando a descubrirse. Se sugiere que los fagos del intestino humano son capaces de proporcionar a sus huéspedes bacterianos rasgos ventajosos e “impulsan el cambio evolutivo en las comunidades bacterianas”.
“Probablemente es seguro decir que la vasta la mayoría de ellos no son dañinos para nosotros y son simplemente un componente integral de la microbiota de nuestro cuerpo”, indicó el autor principal, Luis Camarillo-Guerrero, del Instituto Wellcome Sanger, en el Reino Unido, citado por LiveScience.
De acuerdo con el experto, “Como las comunidades bacterianas son un componente crucial de nuestro intestino, no es difícil imaginar que los fagos podrían estar desempeñando un papel clave en el mantenimiento de un equilibrio saludable en nuestro intestino”.
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CAB