Los expertos esperan que este método sirva para rastrear medicamentos que afecten el desarrollo de las lágrimas y se monitoree su uso y administración
Un equipo de investigadores utilizó una tecnología 3D llamada “organoide” para crear glándulas lagrimales en miniatura capaces de producir lágrimas.
De acuerdo con el estudio, publicado en la revista Cell Stem Cell, los organoides sirven como modelo para estudiar cómo ciertas células de la glándula lagrimal humana producen lágrimas o no lo hacen.
Gracias a ellas, se prevé que los científicos del todo el mundo podrán usar el modelo para identificar nuevas opciones de tratamiento para pacientes con trastornos de las glándulas lagrimales, como la enfermedad del ojo seco.
Con suerte, en el futuro los ogarnoides podrán trasplantarse a pacientes con glándulas lagrimales que no funcionan.
Los investigadores del laboratorio de Hans Clevers, en el Instituto Hubrecht y la UMC Utrecht, en Países Bajos, presentaron el primer modelo humano para estudiar cómo lloran las celular de la glándula lagrimal y qué puede fallar.
Usaron tecnología organoide para cultivar versiones en miniatura del ratón y la glándula lagrimal humana en un plato.
Estos llamados “organoides” son diminutas estructuras tridimensionales que imitan la función de los órganos reales. Después de cultivar estos organoides de glándulas lagrimales, el desafío fue hacerlos llorar.
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De manera similar a la forma en que las personas lloran en respuesta, por ejemplo, al dolor, los organoides lloran en respuesta a estímulos químicos como la noradrenalina. Las células de los organoides derraman sus lágrimas en el interior del organoide, que se llama luz.
La glándula lagrimal se encuentra en la parte superior de la cuenca del ojo. Secreta líquido lagrimal, esencial para la lubricación y nutrición de la córnea y tiene componentes antibacterianos.
Existen varias glándulas accesorias situadas en el párpado, conocidas como glándulas de Meibomio, cuya secreción también forma parte de la glándula lagrimal.
La glándula lagrimal se encuentra dividida por el tendón del músculo elevador del párpado superior en dos partes: una porción superior u orbitaria y una porción inferior o palpebral.
En este contexto, los expertos declararon que esperan que este método sirva para rastrear medicamentos que afecten el desarrollo de las lágrimas y se monitoree su uso y administración. Del mismo modo, declararon que se han asociado con el naturalista holandés, Freek Vonk, para estudiar las verdaderas lagrimas de cocodrilo, con el objetivo de conocer las razones por las que los reptiles lloran para excretar sal.
Aunado a esto, los universitarios de Utrecht siguen en la búsqueda de formas de cultivar una colección de organoides, incluidos hígados en miniatura, cánceres de cuello uterino y glándulas de veneno de serpiente, pues aseguraron que esto servirá para desarrollar métodos que luego podrían adaptarse para futuros trasplantes de una diversidad de órganos.
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CAB