¡Cuidado con la ingesta de sal!

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La Organización Mundial de la Salud recomienda la ingesta de cinco gramos de sal al día, pero la gente suele sólo prestar atención a la que añadimos directamente en los alimentos, utilizando una pizca, sin considerar que otros alimentos también la contienen.
La Organización Mundial de la Salud recomienda la ingesta de cinco gramos de sal al día, pero la gente suele sólo prestar atención a la que añadimos directamente en los alimentos, utilizando una pizca, sin considerar que otros alimentos también la contienen.

La OMS recomienda la ingesta de cinco gramos de sal al día, pero las personas sólo prestan atención a la que se añade directamente, sin considerar la que ya contienen los alimentos

Comer es uno de los principales placeres que tiene el ser humano y la sal le ayuda a potenciar los sabores en los alimentos, de ahí que usualmente la gente abusa de ella, lo que lleva a problemas de salud que afectan hoy en día a gran parte de la población, consideró Patricia Severiano Pérez, experta de la Facultad de Química (FQ).

La doctora en Ciencia y Tecnología de Alimentos por la Universidad de Burgos, en España, recordó a los asistentes en la charla Efecto de la Disminución de la Sal en las Características Sensoriales y en la Textura de los Alimentos, que reducir no es lo mismo que eliminar y, por ello, las dietas no deben recomendar dejar por completo el consumo de sales ya que son esenciales para el organismo, enfatizó.

“Se ha demostrado que las diferencias individuales y los hábitos alimenticios son factores importantes en la percepción general de las personas. El consumidor busca placer en lo que come, por lo que es indispensable nutrirlo realmente sin perder este enfoque”, destacó Severiano Pérez.

La Organización Mundial de la Salud recomienda la ingesta de cinco gramos de sal al día, pero la gente suele sólo prestar atención a la que añadimos directamente en los alimentos, utilizando una pizca, sin considerar que otros alimentos también la contienen.

“Un bolillo, las pastas, bebidas carbonatadas, el chocolate… por favor, al acudir al supermercado tengan el cuidado de revisar las etiquetas nutrimentales para que se den cuenta de la gran cantidad de productos que tienen sal en sus ingredientes”, enfatizó la investigadora adscrita al Departamento de Alimentos y Biotecnología de la FQ.

Es decir, cuando se habla de controlar la sal consumida no se refieren únicamente a la que añadimos al preparar alimentos, sino a todos los productos adicionales que se comen en el día, lo que nos ha llevado a ingerir mayores cantidades de sodio de las requeridas por el cuerpo, lo que impactará al funcionamiento del cerebro, la presión y cómo se distribuye la sangre en el cuerpo.

Ante los especialistas y alumnos reunidos en el Auditorio José Luis Sánchez Bribiesca de la Torre de Ingeniería, la universitaria recordó que la hipertensión arterial (HTA) es la principal patología que ha llevado a pensar que el alto consumo de sal es un problema grave de salud pública no sólo porque tiene un impacto directo en la economía de los sistemas de salud (causa 9.4 millones de muertes en el mundo).

Añadió que en México se estima que viven cerca de 450 mil personas con este problema, cifra que podría duplicarse si se considera que hasta 47.3 por ciento desconoce que tiene la enfermedad, lo que genera problemas como cardiopatías, accidentes cerebrovasculares, insuficiencia renal, además de mortalidad y discapacidad prematuras.

Esto ha generado que en países como el nuestro ese mal sea considerado la novena causa de muerte y que se espere que la tasa de mortalidad se incremente en al menos 29.9 por ciento.

Estudios encabezados por la experta de la FQ para conocer qué tanto se altera el sabor de un alimento con sustitutos del sodio (sales de potasio o magnesio) en bebidas hidratantes, queso panela y el pan, encontró que principalmente las sales de potasio pueden sustituir el uso del cloruro de sodio sin afectar el gusto del consumidor.

La clave, finalizó Severiano Pérez es no utilizar esos productos en exceso; este es el problema con los consumidores actuales, que hasta en el refresco o las aguas embotelladas ingerimos sales sin darnos cuenta.

Con información de la UNAM

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