La diabetes es una enfermedad en la que los niveles de glucosa (azúcar) de la sangre están muy altos. Con el tiempo, un nivel alto de azúcar en sangre (glucosa) puede dañar los nervios en todo el cuerpo, dando lugar a lo que se conoce como ‘neuropatía diabética’. Ésta afecta, con mayor frecuencia, a los nervios de las piernas y de los pies.
En una entrevista con Infosalus, el doctor José Ángel Díaz Pérez, especialista en Endocrinología y Nutrición y miembro de la Sociedad Española de Diabetes (SED) explica así que las concentraciones altas de glucosa en sangre en las personas con diabetes de forma mantenida en el tiempo producen daño a las vainas de los nervios.
“Esto puede ocurrir con los nervios que controlan los músculos responsables del movimiento voluntario (el sistema nervioso periférico), como por ejemplo los músculos de las piernas y de las manos; y con los músculos del sistema nervioso autónomo (que se contraen de forma involuntaria), como los que inervan el estómago, el corazón, la vejiga urinaria, el pene, entre otros”, apunta el también secretario del Grupo de Pie Diabético de la SED y trabajador del Hospital Clínico San Carlos (Madrid).
Según lamenta, se trata de una complicación bastante frecuente entre las personas diabéticas, y especialmente en el caso de las mujeres, al mismo tiempo que señala que aumenta con los años de evolución de la diabetes y sobre todo se relaciona con el grado de control metabólico (ocurre más a menudo en personas con mayores niveles de hemoglobina glicosilada). “Si consideramos neuropatía diabética inicial (sin apenas síntomas, pero con alteraciones en las pruebas de electromiogramas) y neuropatía establecida (ya con síntomas), la prevalencia podría estar entre un 22-67%, dependiendo de la edad del paciente”, agrega.
Pero, ¿por qué se produce? El doctor Díaz Pérez apunta a uno de los mecanismos potenciales de las lesiones nerviosas en la diabetes, la hiperglucemia, responsable de la producción de metabolitos tóxicos (derivados del metabolismo elevado de la glucosa), que atacan la vaina de mielina del nervio, provocan alteraciones de los pequeños vasos sanguíneos que irrigan la medio, y generan anomalías de las vías moleculares de las células (diaciglicerol, proteína quinasa C, canales del sodio).
“Para que se pueda entender mejor siempre comparamos a los nervios con los cables eléctricos antiguos: la parte exterior blanca que protege al cable sería como la vaina de mielina. Todos los mecanismos anteriores hacen que se deteriore dicha vaina y el cable que va por dentro queda expuesto y así es como se producen los síntomas”, sostiene el especialista de la Sociedad Española de Diabetes.
Ahora bien, el especialista en Endocrinología y Nutrición destaca que existen muchos tipos de neuropatía diabética, pero se pueden clasificar en dos grupos: Neuropatía del sistema nerviosos periférico y neuropatía autonómica.
“Dentro del primer grupo, la más frecuente es la polineuropatía periférica distal que afecta a los nervios de las piernas y de los pies. Hay otros tipos importantes como las neuropatías de los nervios que controlan los músculos del ojo, la del nervio facial, la del nervio mediano (que produce el síndrome del túnel carpiano en las manos) y otros tipos menos frecuentes como la neuropatía del nervio peroneo a la amiotrofia diabética (que produce atrofia muscular en los muslos)”, agrega.
A su vez, Díaz Pérez detalla que dentro de las neuropatías autonómicas existen también muchos tipos dependiendo del órgano afectado, que van desde la alteración de las pupilas (los pacientes se deslumbran con la luz intensa); a la sudoración excesiva por afectación de las glándulas del sudor; la dificultad para el vaciamiento del estómago (gastroparesia), estreñimiento y diarrea; la taquicardia y la hipotensión (por afectación de los nervios del corazón); la dificultad para el vaciamiento adecuado de la vejiga urinaria; y la disfunción eréctil en le varón y la falta de excitación y de trastornos del orgasmo en la mujer.
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