Los expertos apuntan que no hay un método definitivo para prevenir el aparecimiento de estas piedras, en especial cuando hay antecedentes familiares
Los cálculos renales es un padecimiento común que afecta a 1 de cada 11 personas en Estados Unidos, involucra dolores insoportables que llegan en oleadas hasta que la piedra pasa a través de las vías urinarias y sale del cuerpo.
Según Harvard, los cálculos no es algo que se experimente una sola vez en la vida, sino que suelen originarse dentro de los primeros siete años después del primer cálculo en al menos el 50 por ciento de los pacientes.
También conocidos como nefrolitiasis o urolitiasis, los cálculos se tratan de depósitos minerales duros que se forman dentro de los riñones cuando ciertas sustancias químicas se concentran lo suficiente en la orina para formar cristales.
Estos cristales suelen crecer hasta convertirse en una piedra más grande que, si tapa el tracto urinario y bloquea el flujo de orina, causa dolor.
Según los expertos, los cálculos surgen cuando el calcio se combina con el oxalato o a partir del ácido úrico, que es un subproducto del metabolismo de las proteínas.
Los cálculos renales no suelen causar síntomas hasta que comienzan a desplazarse por el riñón o para a los uréteres, los conductos que conectan los riñones y la vejiga.
Si los cálculos se quedan alojados en los uréteres, pueden bloquear el flujo de orina y hacer que el riñón se inflame y el uréter tenga espasmos dolorosos.
Junto a este malestar, los cálculos pueden originar dolor punzante e intenso en los costados y la espalda, debajo de las costillas; dolor que se propaga hacia la parte baja del abdomen y el ingle; dolor en oleadas cuya intensidad fluctúa y dolor o sensación de ardor al orinar.
Otros signos incluyen orina rosada o marrón, orina turbia con olor desagradable, necesidad constante de orinar, náuseas, vómitos hasta fiebre y escalofríos en caso de infección, describe la Clínica Mayo.
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Los expertos apuntan que no hay un método definitivo para prevenir el aparecimiento de estas piedras, en especial cuando hay antecedentes familiares; sin embargo, la combinación de una dieta sana, ciertos medicamentos y un mejor estilo de vida, pueden ayudar a reducir el riesgo.
Harvard recomienda seguir estos pasos para prevenir los cálculos renales beber mucha agua durante el día, pues ayuda a diluir las sustancias en la orina que originan los cálculos.
También se recomienda beber la suficiente agua como para eliminar dos litros de orina al día, lo que equivale a cerca de ocho tazas de ocho onzas.
Comer alimentos ricos en calcio ayuda. El calcio se une al oxalato en los intestinos, disminuyendo la cantidad de oxalato que se absorbe en el torrente sanguíneo y luego se excreta en el riñón. Por consecuencia, se reduce la concentración de oxalato en la orina.
Reduce el sodio. Una dieta alta en sodio puede provocar cálculos en los riñones porque aumenta el calcio en la orina.
Las pautas médicas para la ingesta diaria de sodio es de 2 mil 300 mg y 1500 para personas que ya han experimentado cálculos.
Evita alimentos que promuevan la aparición de cálculos. Por ejemplo, la remolacha, la espinaca, el chocolate, el ruibarbo, el té y la mayoría de las nueces, esto debido a que son alimentos ricos en oxalato.
Si ya padeces cálculos o los has experimentado, debes evitar estos alimentos o consumirlos en pequeñas cantidades.
El consumo excesivo de vitamina C también significa un mayor riesgo de presentar las piedras, especialmente cuando se consume en suplementos.
Limita o evita la proteína animal. En este contexto, reduce la ingesta de proteína animal como carnes rojas, aves, huevos y mariscos, ya que promueven el aumento de ácido úrico y disminuyen el citrato urinario, una sustancia química que ayuda a prevenir la aparición de piedras y cuida la salud renal.
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CAB
