En mayo de 2020 la ansiedad se encontraba en 39 por ciento para hogares con niños y 27 por ciento en hogares sin niños
La pandemia de COVID-19 ha provocado diversas afectaciones emocionales en niños, niñas y adolescentes, documentadas por la Unicef y la Universidad Iberoamericana.
En entrevista, la jefa de Política social de la Unicef, Catalina Gómez, dio a conocer los principales resultados de una encuesta aplicada de mayo de 2020 a octubre de 2021.
Las afectaciones a los hogares con niños son múltiples en distintos aspectos. Desde la caída del ingreso familiar y las afectaciones que eso conlleva en términos de alimentación, en términos de las tensiones en los hogares y la salud mental, así como todas las afectaciones relacionadas a la educación”, expuso.
Catalina Gómez apuntó que las familias con niños y adolescentes presentan índices más altos de ansiedad y depresión, si bien la situación ha mejorado.
La Unicef halló que los principales problemas en los hogares son niños que duermen mal y tienen pesadillas frecuentes, que han dejado de comer o comen más y han ganado peso. También menores con dolores de cabeza, falta de ánimo y tristeza.
Es una serie de síntomas, que en muchos casos pueden ser normales, pero sostenidas en el tiempo hay una afectación muy grave para todos ellos”, advirtió.
Por problemas, en 25 por ciento de los hogares con menores de edad se hallaron miembros con síntomas severos de ansiedad, cifra que se reduce a 23 por ciento en hogares sin niños.
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Pero en mayo de 2020 la ansiedad se encontraba en 39 por ciento para hogares con niños y 27 por ciento en hogares sin niños, lo que supone una tendencia a la baja.
Sin embargo la afectación sigue estando ahí y es muy importante que se sigan atendiendo los temas de salud mental y que se aborden a tiempo para que la afectación no sea duradera”, señaló Catalina Gómez.
En el caso de las pesadillas subieron a 9 por ciento en hogares con niños y adolescentes, desde el 2 por ciento en mayo de 2020.
Dejar de comer pasó de 4 a 11 por ciento, mientras que los comportamientos asociados a la alimentación pasaron del 8 por ciento en agosto de 2020 a 18 por ciento en el último levantamiento.
La tristeza y falta de ánimo se ubicaba en 10 por ciento en agosto 2020, pero para marzo 2021 tuvo un alza importante al 27 por ciento. No obstante descendió a 20 por ciento en octubre.
Viene bajando pero el porcentaje en sí preocupa porque sigue estando muy alto”, señaló.
Si bien existen esfuerzos para atender ciertos aspectos de salud mental en México la Unicef urge a que estos tengan mayor escala para llegar a todos los que lo necesiten.
La agencia de la ONU recomienda expandir programas sociales destinados a apoyar e ingreso familiar de los hogares más vulnerables, como por ejemplo las Becas Benito Juárez.
Se requieren acciones preventivas, a nivel del hogar, de la familia y también en otros entornos, muy importante el entorno escolar donde es muy importante equipar a los docentes con herramientas para manejar la ansiedad y todo lo que ellos puedan ver en los alumnos”, subrayó Gómez.
La experta también consideró preocupante el alza de 12 por ciento en los suicidios entre menores de edad.
Además 178 mil niños han quedado huérfanos derivado de la pandemia de COVID-19, cifra que aumenta a 279 mil si se habla de cuidadores.
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CAB