Un estudio de la UNAM indicó que 42.3 % de los usuarios de Whatsapp en México reconocieron que son adictos a la plataforma
De acuerdo con un estudio realizado en México por Luis Ángel Hurtado, académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, 57 por ciento de los usuarios de WhatsApp reportaron que el uso de la red social no les generaba adicción o dependencia, pero sí a 42.8 por ciento.
En una muestra de mil 253 personas de las 32 entidades de la República Mexicana, 96 por ciento de quienes tienen acceso a internet utilizan WhatsApp y lo hacen de seis a ocho horas al día.
Por la pandemia de Covid-19, en 2020 los mexicanos pasamos entre dos y tres horas diarias en esa plataforma.
Esta cifra subió a más de seis en 2021 e inicios de 2022, “lo que se asocia al desempeño de los mexicanos en los ámbitos laboral, educativo, familiar, económico, comercial”, precisó Hurtado.
El catedrático considera que uno de los aspectos a reclamar a WhatsApp sería la privacidad de los usuarios, pues no necesariamente tiene la mejor plataforma de protección, sobre todo de aquellas referencias sensibles que podrían quedar expuestas.
Entre los riesgos destaca “la vulneración de la privacidad de la gente”, ya que la mayoría comparten “pantallazos” de las conversaciones. “La principal fuga de información en los mexicanos es por captura de pantalla”, sostuvo Hurtado, quien también es director general de Comunicación Política Aplicada.
Por su parte, el académico Rubén Darío Vázquez calificó que “es importante recordar que esta aplicación pertenece a Meta, un conglomerado estadounidense de tecnología y redes sociales, y una de las empresas más grandes en su tipo en el mundo, cuyos servicios van orientados, precisamente, a la construcción de una serie de plataformas interconectadas con miras hacia el metaverso”.
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A WhatsApp no le interesan las conversaciones que como usuarios pudiéramos mantener, sino nuestros hábitos de navegación en internet, la geolocalización –los lugares en los que estamos físicamente–, las compras electrónicas que realizamos, todo se recopila para crear perfiles mercadológicos que constituyen el “oro negro del siglo XXI”, expresó el académico.
Vázquez dijo que aunque este tipo de plataformas afirman que son gratuitas, esto no es así,ya que la información que recopilan es puesta a la venta para crear pautas, espacios y más perfiles mercadológicos.
“Todo lo que hagamos en Facebook o en Instagram, además de la forma en que navegamos en internet, crea un perfil publicitario de nosotros sobre el cual no tenemos control y de pronto podrían llegarnos anuncios no deseados”, apuntó.
Finalmente, el también consultor en comunicación digital plantea que en 2020, durante la pandemia, tuvimos una digitalización forzada, es decir, avanzamos varios años en el manejo de instrumentos digitales y en la interacción con plataformas virtuales y, sin duda, en el momento más álgido (durante el confinamiento), WhatsApp nos mantuvo comunicados, cercanos y, sobre todo, presentes en la vida de nuestros seres queridos.
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CAB