Vacunarse es un acto de “responsabilidad social”, porque no hacerlo puede tener efectos negativos en la comunidad y en la familia
La última temporada de influenza en México fue una de las más críticas de los últimos años al registrar siete mil 210 casos confirmados y 811 defunciones, de acuerdo con datos de la Dirección General de Epidemiología de la Secretaría de Salud que también identificó que 92.5 por ciento de las personas que fallecieron no estaban vacunadas.
En conferencia de prensa Almudena Laris González, especialista en infectología pediátrica, insistió en la importancia de la vacunación, pues constituye la forma más eficaz de prevenir complicaciones graves por influenza, como señala la Organización Panamericana de la Salud.
Explicó que aunque las personas suelen confundir la influenza con un resfriado común es en realidad una infección viral aguda que puede llevar a la hospitalización, incluso a la muerte.
Marco Cancico, cuyo hermano murió a causa de una neumonía grave que le dejó la influenza, comentó que las vacunas son un “acto de amor” y también de “responsabilidad social”, porque no hacerlo puede tener efectos negativos en la comunidad y en la familia.
Relató que en 2013 su hermano contrajo una influenza que lo condujo a la muerte por no estar vacunado, lo que se combinó con un mal diagnóstico que le retardó el inicio del tratamiento; desde entonces reafirmó que “es más barato vacunarse que atenderse o perder la vida”.
Almudena Laris explicó que, además de la vacunación, la higiene en manos y el distanciamiento social son medidas que contribuyen a prevenir la enfermedad, que se contagia a través de las gotas respiratorias que se originan al hablar, toser o estornudar y del contacto con manos, objetos o superficies contaminadas.
Refirió que niños, adultos mayores, personas con enfermedades crónicas y obesidad, así como las mujeres embarazadas o en etapa posparto, son quienes más riesgo tienen de sufrir enfermedad grave y complicaciones por influenza, pero destacó el caso de los menores de dos años, quienes según datos de la Organización Mundial de la Salud tienen más probabilidad de hospitalización y muerte.
Respecto de las vacunas inyectables que están compuestas por virus muertos purificados, precisó que cada año se genera una solución distinta porque la influenza es un virus que muta mucho, e indicó que su función es reducir considerablemente la probabilidad de tener este padecimiento y disminuir su impacto en casos de contagio.
La también especialista en bacteriología clínica aseveró que todas las vacunas que aplica el sector público de salud son de muy alta calidad.
Aunque toda la población sin excepción está en riesgo de enfermarse por influenza, Almudena Laris advirtió que la vacunación en edad pediátrica es primordial, sobre todo en los menores de cinco años, así como en pacientes en edad escolar, al ser “un importante vector para la diseminación del virus en virtud de que son una población con un intenso contacto social”.
