Leonardo Da Vinci aparece en retratos con la mano abierta, en una posición conocida como ‘mano de garra’ y que es un indicativo de que se sufre parálisis
Leonardo da Vinci no pudo terminar algunas de sus obras, entre ellas la Mona Lisa, debido a que sufrió una lesión nerviosa que le dejó paralizada la mano derecha, señala una nueva investigación publicada en la revista científica Journal of the Royal Society of Medicine.
La causa de la parálisis de la mano derecha del artista en los últimos años de su vida ha sido desde siempre una cuestión ampliamente debatida entre los científicos, ya que esa era la mano que el florentino utilizaba para pintar sus cuadros.
La discapacidad no le permitió a Da Vinci seguir trabajando, como lo afirman los contemporáneos del genio italiano. Así, cuando Antonio de Beatis, el asistente del cardenal Luis de Aragón, visitó a Da Vinci en 1517, dos años antes de su muerte, escribió en su diario que “no se puede esperar más un buen trabajo por parte de él, ya que cierta parálisis le ha lisiado la mano derecha”.
Algunos científicos suponían que la parálisis fue provocada por un derrame cerebral. Sin embargo, un nuevo estudio de dos médicos italianos sugiere que la discapacidad fue consecuencia de una lesión del nervio cubital, que controla los músculos intrínsecos de la mano.
David Lazzeri, especialista en cirugía plástica reconstructiva, y Carlo Rossi, especialista en neurología, analizaron un dibujo en tiza roja realizado por Giovanni Ambrogio Figino en el siglo XVI, y que representa al artista italiano con la mano derecha envuelta en pliegues de ropa, de los que salen únicamente los dedos, dirigidos hacia arriba. La mano está en una posición rígida y contraída.
Según los médicos, si Da Vinci hubiera sufrido un derrame cerebral es mucho más probable que hubiera tenido el puño cerrado, mientras que en el retrato se puede ver que tiene la mano abierta, en una posición conocida como ‘mano de garra‘ y que es un indicativo de que se sufre parálisis.
Los investigadores explican que este traumatismo podría haber sido causado por un desmayo que culminó en la parálisis del nervio cubital.
La parálisis “puede explicar por qué dejó numerosas pinturas incompletas, incluyendo la Mona Lisa, durante los últimos cinco años de su carrera como pintor, mientras continuaba enseñando y dibujando”, cita el portal Live Science las palabras de David Lazzeri.