Pese a que la víctima esté consciente del abuso emocional, podría llegar a justificar las descalificaciones que su pareja dirige hacia ella.
Los vampiros emocionales son aquellos que aplican «violencia limpia» ya que nadie más que la víctima nota las agresiones lentas y progresivas. Sin embargo, el momento en el que reparen en ello puede extenderse hasta que se encuentren exhaustas emocionalmente o sientas que no son lo que solían.
De acuerdo con la psicóloga Gema Sánchez Cuevas, estas personas «suelen actuar desde lo cotidiano y de forma progresiva, encarcelando a sus víctimas en una especie de prisión mental que van construyendo desde el inicio de la relación».
Explicó además que la forma en la que operan consiste en introducirse en el terreno psicológico de la pareja para poder influir sobre ella en distintos niveles, como el moral y social.
«Se dice que es una violencia limpia porque nadie percibe nada, solo la víctima, que en realidad sí que capta la ironía y las insinuaciones del depredador emocional», aclara la experta.
Pese a que la víctima esté consciente, podría llegar a justificar las descalificaciones hacia ella « Suele buscar un motivo de su comportamiento, una razón por la que el agresor actúa de esa manera y otras justificaciones que no son válidas y que hacen que la víctima se llegue a crear una imagen distorsionada de sí misma».
¿Cómo saber si estoy con un vampiro emocional?
Sobre la mesa, la psicóloga tiende las siguientes preguntas: «¿Te sientes aislado o aislada?«, ¿Has perdido el contacto con tus seres queridos?», «¿Tienes dificultades para relacionarte con tu familia y con tus amigos?», «¿Han cambiado tus valores y tu forma de pensar?», «¿Consideras que estos cambios te han hecho distanciarte de la persona que era anteriormente?», «¿Crees que has perdido tu identidad?», «Cómo te valoras?», «¿Sientes que estás lleno o llena de culpa y te da miedo expresar o dar tu opinión?» .
Si la reflexión de esas preguntas lleva a aceptar que nos sentimos aislados, sin soporte afectivo, o bien que tengamos miedo a expresar nuestra opinión es posible que estemos frente a un vampiro emocional.
Una vez detectada la situación resulta importante restablecer una red de apoyo con las personas con las que se tenían fuertes lazos afectivos. Y en seguida buscar ayuda profesional.
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