Las personas con linfoma no deben visitar lugares cerrados ni muy concurridos, acudir a clínicas y hospitales a menos que sea estrictamente necesario
Hematólogos y oncólogos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), recomiendan a las personas con padecimientos oncológicos, en especial linfoma, mantenerse en casa y tener apego a su tratamiento, así como reforzar las medidas de higiene, el uso de cubrebocas y la sana distancia debido a la pandemia por COVID-19.
En el marco del Día Mundial del Linfoma, que se conmemoró este 15 de septiembre, el jefe del departamento Clínico de Onco-Hematología, doctor Sergio Adrián Cleto Gutiérrez, sugirió mantener una alimentación balanceada, no comer en la calle, ni exponerse a cambios bruscos de temperatura.
Además de no visitar lugares cerrados ni muy concurridos, acudir a clínicas y hospitales a menos que sea estrictamente necesario y si se encuentra en vigilancia médica, recomendó retomar sus citas cuando el semáforo epidemiológico esté en color verde.
El médico adscrito a la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE), Hospital de Oncología del Centro Médico Nacional (CMN) Siglo XXI, recordó que el linfoma es un tumor que causa una alteración en los glóbulos blancos, encargados del sistema inmunológico y que afecta principalmente los ganglios linfáticos.
Cleto Gutiérrez enfatizó que, para clasificar este tipo de cáncer, la Organización Mundial de la Salud (OMS) los divide en Linfoma de Hodgkin y No Hodgkin, en estos últimos se toma en cuenta el tipo de célula B o T, el patrón y rapidez de crecimiento, así como la proliferación (agresivo o indolente); también se toman en cuenta los marcadores que expresa cada tipo de linfoma, alteraciones cromosómicas asociadas y moleculares.
El hematólogo del IMSS destacó que el síntoma más común que refieren los pacientes es el crecimiento ganglionar en sitios palpables como cuello, axilas e ingles; además, de presentar fiebre en la mañana o en la noche, pérdida de peso mayor al 10 por ciento en los últimos seis meses sin causa aparente y sudoraciones nocturnas.
Abundó que dependiendo del órgano afectado o involucrado puede presentarse dolor de cabeza o abdominal, convulsiones, adormecimiento de alguna parte del cuerpo, sangrado, anemia; también, se presenta crecimiento del hígado o bazo y tinte amarillo en la piel.
El tratamiento a seguir con estos pacientes, señaló el doctor Sergio Adrián Cleto Gutiérrez, es a través de esquemas de quimioterapia con uno o varios medicamentos combinados, según sea el caso, en ciclos semanales, catorcenales o mensuales.
Subrayó que generalmente la quimioterapia es intravenosa y puede ser de forma ambulatoria o en hospitalización, pero también existen algunos medicamentos de forma oral.
Otras formas de tratar este padecimiento, mencionó el oncólogo del IMSS, es a través de radioterapia, inmunoterapia sola o en combinación con quimioterapia, además del trasplante autólogo de células hematopoyéticas en pacientes de alto riesgo.
Concluyó que la enfermedad por linfoma no se considera hereditario, sin embargo, quienes tengan algún antecedente familiar directo deben tener mayor control en su estilo de vida, además de evitar el uso o contacto directo y prolongado con sustancias químicas.
IPR
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