La evidencia resalta que a medida que los países avanzan hacia la cobertura universal, los sistemas de salud deben brindar a las personas una atención de alta calidad
La esperanza de vida ha experimentado un crecimiento extraordinario, alargándose por 5 años a nivel mundial para alcanzar un promedio de 71.4 años de vida. Sin embargo, persisten desigualdades. Mientras en Japón la esperanza de vida es de 86.8 años, en Sierra Leona el promedio es de 50.8.
Muchos factores externos, que no podemos controlar, influyen sobre esta brecha y afectan nuestra salud de diversas maneras. Más allá de ellos, ¿qué podemos hacer para manejar mejor nuestra salud?
1. Sé proactivo en el autocuidado
Es importante evitar conductas riesgosas para la salud, como el consumo de tabaco y el abuso de alcohol, el sedentarismo y la alimentación no saludable, y reemplazarlas con hábitos saludables. Esto incluye ejercitarse regularmente y adoptar una alimentación enriquecida con frutas y verduras y baja en carbohidratos. Estas medidas pueden prevenir o atrasar la aparición de enfermedades crónicas como la diabetes, hipertensión, infarto agudo al miocardio y algunos tipos de cánceres.
2. Acude al chequeo médico anual, aún si crees que no lo necesitas
El chequeo médico anual permite realizar detecciones oportunas y, por lo tanto, mejorar los resultados en el tratamiento y la calidad de vida. Esto es específicamente cierto para los pacientes con diabetes, hipertensión y con formas tempranas de cáncer de mama, cervical, colorrectal, de próstata y de piel.
Aún si no te han diagnosticado una enfermedad crónica, adoptar esta práctica puede, literalmente, salvarte la vida. La mayoría de las enfermedades crónicas comienzan sin síntomas y progresan a etapas avanzadas. Es ahí cuando aparecen complicaciones urgentes que requieren tratamientos complejos y puede llegar a ser muy tarde para realizarlos con efectividad, como en el caso del cáncer.
3. Participa activamente en el proceso del cuidado de tu salud
Si el médico hace su parte, tú debes hacer la tuya. Esto no solo significa tomar regularmente las medicinas prescritas, sino también asistir de manera regular a las citas programadas, participar en la toma de decisiones sobre tu tratamiento y adherirte al tratamiento completo, siguiendo las recomendaciones sobre alimentación y ejercicio, entre otras.
4. Infórmate sobre cómo debería ser la atención que recibes…
Múltiples investigaciones han revelado que la atención de salud frecuentemente es inadecuada, tanto desde el punto de vista técnico-médico, como desde la perspectiva del paciente sobre el trato y las condiciones de la atención. Esta situación negativa reduce la posibilidad de lograr buenos resultados en salud, tanto para las acciones de detección y prevención, como de tratamiento y de autocuidado en casa.
Hace poco hablamos de los resultados de la Comisión Global de Sistemas de Salud de Alta Calidad de Lancet Global Health sobre la situación en América Latina y el Caribe. El reporte encontró que, en 2016, hubo 537.742 muertes susceptibles a la atención a la salud en la región, de las cuales 381.456 (70,9%) se debieron a una atención inadecuada. Es decir, en total se perdieron 16.033.000 años de vida en la región.
Ejemplos de una atención técnico-médica inadecuada incluyen ausencia de un tratamiento efectivo de acuerdo con las guías clínicas basadas en evidencia, falta de coordinación de la atención entre diferentes servicios de salud y de la continuidad de la atención, entre otros. Además de las fallas en la calidad técnica, la atención inadecuada se puede reflejar en las experiencias negativas de los pacientes. Por ejemplo, en largos tiempos de espera para una consulta o para un análisis de laboratorio, o en intervenciones médico-quirúrgicas que provocan el retraso en la atención y el tratamiento, disminuyendo la probabilidad de recuperación de los pacientes. A estas fallas se suman deficiencias en la relación médico-paciente, como la falta de una atención respetuosa y centrada en el paciente; no proporcionar información completa y clara sobre el diagnóstico, tratamiento y consecuencias de una enfermedad; o no involucrar al paciente y sus familiares en decisiones sobre su tratamiento.
5. … ¡Y exige una atención de alta calidad!
La evidencia resalta que a medida que los países avanzan hacia la cobertura universal de salud, e incluso cuando la alcanzan, los sistemas de salud deben brindar a las personas una atención de alta calidad. Los pacientes deben esperar un trato respetuoso de los proveedores competentes, que sean capaces de promover y mantener la salud a lo largo de su ciclo vital.
Igual de importante es que las personas sean participantes activos en la atención y cuidado de su salud. Deben hacerse escuchar durante la consulta con profesionales de salud y exigir un trato respetuoso e información clara sobre su condición y tratamiento, para poder realizar el mejor autocuidado posible. También deben participar en las evaluaciones de los profesionales y servicios de salud, tanto a través de las encuestas que permiten compartir sus experiencias con los servicios de salud, como de otros mecanismos para enviar sus quejas o comentarios sobre las deficiencias en la atención recibida. Los grupos comunitarios, como los consejos locales de salud, tienen un importante papel para promover la transparencia en el desempeño de las instituciones de salud a través de informes públicos regulares sobre lo que más les importa a los ciudadanos. Deben incluir datos como las experiencias de los usuarios, la confianza en la atención, los resultados de salud y las mediciones centradas en la protección financiera y la equidad.
Cada una de estas actividades permitirán que los problemas detectados en la atención a la salud se conviertan en componentes esenciales en el diseño y la provisión de un modelo de atención de alta calidad y verdaderamente centrado en el paciente. Pero sin tu involucramiento, se logrará poco. ¡Tu salud te necesita tanto como tú a ella!
Con información del Banco Interamericano de Desarrollo