Basa sus propuestas terapéuticas en que para combatir una enfermedad se deben usar cantidades mínimas de una sustancia que provoque los mismos síntomas
La homeopatía es una pseudoterapia sin aval científico en la que, sin embargo, muchas personas confían. Para entender por qué no puede considerarse un tipo de medicina es necesario repasar algunos conocimientos sobre química y física.
En primer lugar, los átomos son entidades cuyo peso es extremadamente pequeño si se expresa en gramos. Por ello, hay que elegir otra unidad de peso muchísimo menor: la unidad de masa atómica (uma), que es lo que pesa un átomo de hidrógeno (H). En esta escala un átomo de H pesa, por definición, 1 uma, uno de carbono (C) 12 umas y uno de oxígeno (O) 16 umas.
En segundo lugar, una molécula es lo que resulta de la unión de dos o más átomos mediante lo que se llama “enlace químico”. Así, el monóxido de carbono es el compuesto constituido por moléculas que resultan del enlace de un átomo de C y uno de O, por eso se representa por CO. Una molécula de CO pesa 28 umas (12 del carbono y 16 del oxígeno). El agua consiste en moléculas en las que un átomo O está unido a dos de H (H₂O), por tanto, una molécula de agua pesa 18 umas (2 del hidrógeno y 16 del oxígeno).
El peso atómico de un elemento o el peso molecular de un compuesto (M) es un número igual al de umas que pesa ese átomo o molécula, respectivamente. Por tanto, el peso atómico del H es 1; el del C, 12; el del O, 16; y el peso molecular del CO, 28. Un mol de una sustancia es su peso molecular en gramos (M gr): 1 mol de agua son, por tanto, 18 gramos de H₂O.
Si establecemos que 1 g = k umas entonces M gr (un mol) pesará Mk umas.
Podemos calcular el número de moléculas que habrá en un mol de cualquier sustancia dividiendo lo que pesa un mol, Mk umas, por lo que pesa una molécula, M umas, es decir, Mk/M=k moléculas. Por tanto, un mol de cualquier compuesto contiene k moléculas, es decir, una constante, cualquiera que sea el compuesto.
Conclusión: el valor de k, que es conocido como constante de Avogadro, es una constante universal (como el número π o la velocidad de la luz en el vacío, c) que ha sido determinado experimentalmente: k = 6,022×10²³ moléculas/mol, es decir, aproximadamente, 6 seguido de 23 ceros o 602.200 trillones de moléculas.
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Que haya sido determinado experimentalmente no quiere decir que se hayan contado las moléculas una a una, sino que se ha usado instrumental científico con el que cualquiera que haga la medida en cualquier sitio del mundo obtendrá ese valor.
Nadie, por tanto, puede poner en duda que en 1 mol de cualquier sustancia hay 6,022×10²³ moléculas.
¿Son suficientes estos datos para concluir el carácter fraudulento de la homeopatía? Evidentemente, si.
En apoyo a todo lo anterior hay que añadir que numerosísimos informes de instituciones científicas y profesionales, nacionales e internacionales, de carácter sanitario han establecido que los productos homeopáticos solo poseen efectos curativos de enfermedades de escasa entidad que se curan solas o por sugestión del paciente (efecto placebo).
Hay que advertir que, en contra del carácter aparentemente inofensivo que pudiera atribuirse a esta práctica (la nada es poco peligrosa), existe un grave riesgo, que puede calificarse de criminal, si se aplica en el tratamiento de enfermedades que requieren el empleo de medicamentos de probada eficacia terapéutica.
*Con información de The Conversation
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CAB