Ethan Linderberger tiene 18 años y ha crecido en el seno de una familia con fuertes convicciones antivacunas, sin embargo, al cumplir la mayoría de edad desafió a sus padres diciéndoles que se quería vacunar
Ni contra el tétanos, la polio o el sarampión: Ethan Lindenberger pasó sus primeros 18 años sin ninguna vacuna. Pero en diciembre pasado, y contra el consejo de su madre, fue a vacunarse, un acto de rebeldía que le valió una invitación al Congreso de Estados Unidos.
El caso irrumpe con toda potencia mientras crecen de manera sorprendente en todo el mundo -y también en Argentina- movimientos que rechazan las vacunas, repudian la alimentación basada en la industria, desconocen el Estados o llegan a poner en duda que la Tierra sea redonda. Se tratan de conocimientos inarticulados, en los que se repiten las teorías conspirativas y la existencia de un conocimiento hermético al que solo pueden acceder algunos “elegidos”.
“Crecí con una madre que cree que las vacunas son peligrosas, y que hablaba abiertamente sobre sus puntos de vista tanto en internet como en persona”, testificó este estudiante de secundaria el martes ante senadores estadounidenses, junto a expertos y un funcionario de salud pública.
El joven se ha convertido en pocas semanas en un héroe de los activistas en favor de las vacunas en Estados Unidos, donde expertos y funcionarios debaten sobre los “bolsones” de personas que rechazan las vacunas, causando actualmente varios brotes de sarampión en lugares como Francia, Italia, Brasil y Ucrania.
“Fue una progresión lenta empezar a ver las pruebas”, dijo Ethan, en traje y corbata ante el comité de Salud del Senado. “Me intrigaba que tanta gente refutara a mi madre”.
En su exposición, Ethan Lindenberger confesó lo que muchos sospechaban: era en Facebook donde su madre se informaba sobre el tema. Él, en cambio, comenzó a informarse en los Centros para el Control de Enfermedades (CDC), autoridad sanitaria en Estados Unidos, así como en organizaciones de salud pública y en revistas científicas.
Pero cuando le mostraba a su madre artículos científicos que señalaban, por ejemplo, que la vacuna MMR (contra el sarampión, las paperas y la rubéola) no causaba autismo, ella le respondía: “Eso es lo que quieren que pienses”.
Ethan se volvió famoso en noviembre, cuando publicó un artículo en la red social Reddit titulado: “Mis padres son un poco estúpidos y no creen en las vacunas. Ahora que tengo 18 años, ¿adónde voy a vacunarme? ¿Puedo vacunarme a mi edad?”.
Muchas vacunas son teóricamente obligatorias en Estados Unidos para ir a la escuela. Pero 47 de los 50 estados permiten exenciones por razones “personales”, “filosóficas” o “religiosas”. Incluyendo el suyo, Ohio. En California, Misisipi y Virginia Occidental sólo se permite por motivos médicos.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es necesario que el 95% de la población esté vacunada para alcanzar “el umbral de inmunidad del grupo” ante una enfermedad. Ethan recibió miles de respuestas, hasta el punto de ser descubierto por varios medios… y senadores.
Según Ethan, las historias personales deben ser respondidas por historias igualmente personales sobre las muertes y las complicaciones de enfermedades infecciosas contra las cuales existen vacunas.
“Convencer a los padres de que (…) sus hijos corren peligro, es la mejor manera de hacer que las personas cambien de opinión”, dijo. Él mismo tiene cuatro hermanos y hermanas menores, y trata de persuadirlos. “Hasta ahora ha habido una inclinación sustancial hacia mi lado”, dijo a esta agencia.