Tanto madres como padres debemos dirigirnos a nuestros hijos como los pilotos de la aeronave en donde ellos deberán acatar las ordenes y reglas, mientras estén viviendo en nuestro hogar
Cuando los padres son amigos de sus hijos, éstos se convierten en huérfanos. Es una verdadera tristeza que ocurra eso, ya los hijos no respetan la autoridad de sus padres, entonces nos preguntamos ¿qué será de estos chicos sin una guía firme?
Tal vez, porque al querer darles todo, erróneamente pretendemos evitarles carencias, esfuerzos y tristezas. Si pudiéramos asegurar que así será durante toda su vida, tal vez tendría cierto sentido actuar de esta forma, pero además de que no es posible, tarde o temprano enfrentarán retos y, por ello, los padres debemos preparar a los hijos para superarlos, no para evitarlos.
En diversas ocasiones ocurre que tratamos de ser demasiado benevolentes con nuestros hijos porque nuestros padres fueron autoritarios y lo ideal en la educación es llegar al punto medio, no ser tan estrictos ni tan buena gente.
A lo largo de los años y después de más de 25 años de investigación y de estar en contacto directo con padres de familia en verdad preocupados por dar la mejor educación a sus hijos, me he dado cuenta que los niños necesitan tener una verdadera autoridad no un padre o madre autoritaria. Tú te preguntarás, ¿qué es una verdadera autoridad?
Ser autoridad es ser un verdadero jefe de la manada, que se sienta seguro de su educación, su guía a través de la disciplina, la constancia y sobre todo la paciencia.
Madres y padres tenemos que estar conscientes que nuestros hijos necesitan tener una guía que estemos un paso delante de ellos, que nos tengan respeto, que se sientan seguros, protegidos, amados que no estemos al mismo nivel como amigos, de lo contrario, se romperá el respeto que debe existir entre padres e hijos.
Antes, muchas personas hablaban de usted a sus padres y esto mostraba lejanía, ahora los hijos pueden dirigirse a sus padres hablando de tú pero siempre con el respeto que un hijo tiene que tener a sus padres.
Alguna vez escuche esta frase “No seas amigo de tus hijos si no, ellos serán huérfanos” y eso es cierto, es una línea muy delgada, porque la brecha generacional ha cambiado de forma impresionante, pero tanto madres como padres podemos dirigirnos a nuestros hijos como los pilotos de la aeronave en donde por el momento ellos serán el copiloto, debiendo acatar las ordenes y reglas que se impongan mientras estén viviendo en nuestro hogar.
Así, cuando ellos sean los pilotos de sus propias vidas, podrán decidir qué ruta seguir, pero siempre teniendo presente que los guías que les darán un buen consejo cuando lo pidan serán sus padres.
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Abrazo de Chango Marango
Ale Velasco