Una emergencia de salud no solo se limita a enfermedades infecciosas, y puede cubrir una situación causada por un agente químico o un material nuclear
Una Emergencia de Salud Pública de Preocupación Internacional es, según la definición de la OMS, “un evento extraordinario que se determina que constituye un riesgo para la salud pública de otros Estados a través de la propagación internacional de la enfermedad y que potencialmente requiere una respuesta internacional coordinada”.
Esa definición implica una situación que es: grave, repentina, inusual o inesperada; tiene implicaciones para la salud pública más allá de la frontera nacional del Estado afectado; y puede requerir una acción internacional inmediata.
Sólo se han declarado cinco emergencias de este tipo en la década pasada: el virus del H1N1 que causó una pandemia en 2009; la epidemia de casos de polio en 2014 que después de haber estado casi erradicada se consideró como un evento inesperado; la crisis del ébola en el oeste de África en 2014; la epidemia del virus del Zika en 2016; y el brote de ébola en la República Democrática del Congo que comenzó en 2018 y fue declarado emergencia en 2019.
El Comité de Emergencias está compuesto por expertos de todo el mundo que operan bajo el Reglamento Sanitario Internacional, desarrolladas después del brote de Síndrome Agudo Respiratorio Severo SARS en 2002.
El Reglamento Sanitario Internacional representa un acuerdo legal internacional vinculante que involucra a 196 países de todo el mundo, incluidos todos los Estados Miembros de la OMS.
Actualmente el SARS, la viruela, la poliomielitis de tipo salvaje y cualquier nuevo subtipo de gripe humana son automáticamente una emergencia internacional y, por lo tanto, no requieren ser declaradas como tales.
Una emergencia de salud no solo se limita a enfermedades infecciosas, y puede cubrir una emergencia causada por un agente químico o un material nuclear. Se trata de una medida de “llamado a la acción” y “último recurso”.
La declaración generalmente está acompañada de medidas específicas en puertos, aeropuertos y cruces terrestres para limitar la propagación de los riesgos para la salud a los países vecinos, y para evitar restricciones injustificadas para que el tráfico y la interrupción del comercio se mantenga al mínimo.
Consejos generales para el público
Durante brotes anteriores debido a otros coronavirus (Síndrome Respiratorio del Medio Oriente (MERS) y el Síndrome respiratorio agudo (SRAS), la transmisión de persona a persona se produjo a través de gotas, contacto y objetos o materiales en los que el virus puede sobrevivir, lo que sugiere que el modo de transmisión del 2019-nCoV puede ser similar.
Los principios básicos para reducir el riesgo general de transmisión de infecciones respiratorias agudas incluyen:
- Evitar el contacto cercano con personas que sufren infecciones respiratorias agudas.
- Lavado frecuente de manos, especialmente después del contacto directo con personas enfermas o su entorno.
- Evitar el contacto sin protección con animales de granja o animales salvajes.
- Las personas con síntomas de infección respiratoria aguda deben practicar la etiqueta de la tos (mantener la distancia, cubrirse), así como toser y estornudar con pañuelos desechables o ropa, y lavarse las manos.
- Dentro de las instalaciones de atención médica, mejorar las prácticas estándar de prevención y control de infecciones en los hospitales, especialmente en departamentos de emergencia.
La OMS no recomienda ninguna medida de salud específica para los viajeros. En caso de síntomas de una enfermedad, ya sea durante o después del viaje, se alienta a los viajeros a buscar atención médica y compartir su historial de viaje con su proveedor de atención médica.