Enfermedad rara que pueden presentarse en una persona entre un millón, siendo un trastorno neurológico de causa desconocida que afecta principalmente a varones
Mientras que muchos soñamos con el fin de semana como la oportunidad para poder dormir unas horas extra y hasta damos un toque romántico al decir que caeremos como «la bella durmiente», tratando de recuperar las horas perdidas a lo largo de la semana, hay para quienes dormir puede ser una verdadera pesadilla, como quienes padecen el síndrome de la bella durmiente o síndrome de Kleine-Levin, como es su nomenclatura médica.
Considerado como una enfermedad rara que pueden presentarse en una persona entre un millón, siendo un trastorno neurológico de causa desconocida que afecta principalmente a adolescentes varones, en el que el principal síntoma son ataques de hipersomnia que pueden durar desde semanas hasta meses.
No es que quienes lo padecen duerman durante todas esas semanas o meses, sino que presentan somnolencia excesiva con periodos de sueño de entre 18 y 21 horas diarias, acompañados de una sobrealimentación compulsiva, conducta sexual desinhibida -casi infantil-, deterioro de las capacidades mentales, desorientación, agresividad e incluso alucinaciones.
Después de las crisis de sueño, el comportamiento y las capacidades mentales vuelven a la normalidad, aunque a veces existe amnesia tras el ataque y no se recuerda nada de lo sucedido.
Lo habitual es que este tipo de crisis se presenten un par de veces al año, pero en algunos casos concretos pueden encadenarse una detrás de otra; aunque los pacientes pueden tener periodos de semanas, meses o hasta años, libres de todo síntoma.
si bien los episodios disminuyen en frecuencia e intensidad en el transcurso de ocho a doce años, no existe un tratamiento definitivo para el síndrome de Kleine-Levin y, con frecuencia, se recomienda la espera vigilante en casa, en lugar de la farmacoterapia.
Así, la prevención de los episodios se basa principalmente en la terapia con litio, combinada con la formación de hábitos regulares de sueño y vigilia, así como en evitar la ingesta de alcohol y las infecciones.
Pero ojo, el tratamiento con litio generalmente se administra a los afectados con episodios frecuentes, prolongados o muy graves. Aquellos que presentan episodios poco frecuentes (por ejemplo, uno al año) pueden no necesitar ningún tratamiento.