El jarabe de maíz es un producto alto en fructosa, por lo que su uso en dulces, repostería y bebidas, ha alentado que se incrementen los índices de diabetes en México
La diabetes en México ha aumentado en las últimas décadas debido, entre otros factores, al consumo de jarabe de maíz, un producto alto en fructosa, afirmó Francisco Javier Gómez Pérez, de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM.
La fructosa produce aumento de peso porque disminuye la saciedad; además, incrementa la resistencia a la insulina, el ácido úrico, los triglicéridos y la presión arterial. También produce hígado graso y daño renal. Todos estos factores son compañeros del síndrome metabólico y precursores de diabetes, explicó.
A propósito del Día Mundial de la Diabetes, que se conmemora mañana, 14 de noviembre, resaltó que en nuestro país esta afección es oficialmente la segunda causa de muerte (según el último informe del INEGI de 2017), sólo superada por enfermedades del corazón, pero aquélla está asociada con muchos decesos por cardiopatía.
“Esto significa que la diabetes causa más muertes que los tumores malignos, las enfermedades del hígado, los accidentes y los homicidios”, señaló el jefe del Departamento de Endocrinología del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán y coordinador del subcomité de Endocrinología del Posgrado de la FM.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 442 millones de adultos tienen diabetes en el mundo, es decir, una de cada 11 personas.
Desde hace décadas se ha incrementado la diabetes en México. En 1964, Salvador Zubirán encontró en una encuesta que en la Ciudad de México (Distrito Federal) la prevalencia era de 2.3 por ciento; desde entonces empezó a aumentar de manera exponencial, en la misma proporción que las importaciones de jarabe de maíz, que iniciaron entre 1965 y 1970.
Este producto es incorporado a muchos alimentos industrializados, como refrescos, pasteles, pan de caja, galletas, chocolates, jugos industrializados, barritas, cereales, miel (de maple, agave o de abeja industrializada) y algunos yogures, entre otros.
“En México, alrededor de 73 por ciento de la población tiene obesidad o sobrepeso, y la fructosa tiene un efecto mayor en esa población”, remarcó.
“Es preocupante porque incluso las autoridades solapan la situación. Antes los rótulos especificaban ‘contiene jarabe de maíz’, ahora solamente dice ‘azúcares’, y hay importantes diferencias”, señaló Gómez Pérez.
El jarabe de maíz es un disacárido que contiene más de 55 por ciento de fructosa, a diferencia de la sacarosa (azúcar común), que tiene 50 por ciento de glucosa y 50 por ciento fructosa. “Se utiliza para endulzar alimentos que consumen principalmente los niños, y esto puede explicar por qué México está en primer lugar de obesidad infantil”, subrayó.
Otro factor que favorece la diabetes es que los menores ya casi no tienen actividad física. También es un problema la grasa saturada que al combinarse con azúcares produce mayor resistencia a la insulina y riesgo de desarrollar diabetes.
Existen tres tipos principales de diabetes: tipo 1, cuando el cuerpo no produce suficiente insulina; tipo 2, cuando el cuerpo la produce pero no la utiliza apropiadamente; y diabetes gestacional, condición temporal durante el embarazo.
Esta enfermedad es progresiva y puede provocar complicaciones en varias partes del cuerpo e incrementar el riesgo de muerte prematura. Provoca accidente cerebrovascular, ceguera, ataque cardiaco e insuficiencia renal.
La genética, edad e historial familiar aumentan el riesgo de padecer diabetes tipo 2, y no se pueden cambiar, pero algunos detonantes sí pueden modificarse: alimentación poco saludable y falta de actividad física.
De acuerdo con la última Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de Medio Camino (ENSANUT 2016, en comparación con la de 2012), en adultos de 20 años y más la prevalencia combinada de sobrepeso y obesidad pasó de 71.2 por ciento en 2012, a 72.5 por ciento en 2016
Según la OMS, las acciones que todos debemos realizar son: mantener una alimentación saludable, hacer ejercicio, evitar subir de peso, vigilar la glucemia periódicamente y seguir los consejos de los médicos.
El Día Mundial de la Diabetes fue instaurado en 1991 por la Federación Internacional de Diabetes y la OMS, como respuesta al alarmante aumento de casos en el mundo. En 2007, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) celebró por primera vez esta efeméride, convirtiéndola en un día oficial de la salud de la ONU. En su conmemoración participan más de 160 países.
El propósito es dar a conocer las causas, síntomas, tratamiento y complicaciones asociadas, y que su incidencia seguirá en aumento de no emprenderse acciones preventivas.
Esta fecha recuerda el día en que los médicos Frederick Grant Banting y Charles Best concibieron la idea que les conduciría al descubrimiento de la insulina, en octubre de 1921.