Ejemplares de gran tamaño son muertos en altamar sólo para obtener sus aletas cercenadas, mientras que el resto del cuerpo es devuelto al agua
Los tiburones componen la familia de peces cartilaginosos, junto con las rayas y las quimeras. Este es un grupo de más de mil 100 especies, de las cuales más de 400 son un tiburón.
La mayor parte de estas especies tiene bajas tasas de crecimiento, madurez tardía y baja fecundidad, comparados con los peces de estructura ósea. Lo que genera una limitada capacidad para soportar la explotación pesquera pues muchos de los especímenes comercializados tardan más de una década en alcanzar la madurez.
Así, pese a que por siglos se ha practicado la pesca sostenible en varias regiones del mundo, lo cierto es que muchas especies explotadas de tiburones están disminuyendo, principalmente por su carne, sus aletas, la piel, el cartílago y el hígado.
Si bien la carne de esta especie marina es parte integral de la dieta en muchos países, son las aletas el producto más valorado al emplearse en la elaboración de la sopa de aleta de tiburón, tradicional platillo en la gastronomía china.
Así, aunque el cuero y el hígado también se aprovechan para varios cosas, en realidad es el cartílago el que más se utiliza, al ser explotado por la industria farmacéutica como suplemento.
El problema es que ejemplares de gran tamaño son muertos en altamar sólo para obtener sus aletas cercenadas, mientras que el resto del cuerpo es devuelto al agua en donde mueren desangrados o devorados por otras especies, o el cadáver se deja pudrir en tierra.
La suma de todos estos factores han dado pie a que este animal, que es parte vital de la cadena alimenticia, esté en jaque para sobrevivir. Al menos en el mar Mediterráneo ya están en riesgo de desaparecer, aunado a la contaminación plástica y las redes de pesca, que los está ahogando.
En un informe publicado con motivo del Día de la Conciencia sobre los Tiburones, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) advirtió que más de la mitad de las especies de estos escualos en el Mediterráneo están amenazadas, indicando que Libia y Túnez son los principales responsables de dicha amenaza, al exportar cada uno un aproximado de cuatro mil 200 toneladas de tiburones al año, tres veces más que Italia, el mayor pescador del Mediterráneo.
Ante dicha situación de vulnerabilidad, se han gestado varios esfuerzos de conservación, protegiendo algunas de las especies, mientras que en algunas regiones del mundo existen límites del número de ejemplares que pueden ser cazados o pescados anualmente.
Por lo tanto, la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) cuenta con 79 especies de tiburones en peligro de extinción. situación que puede tener un grave efecto en el mundo acuático.
En el caso de México, desde agosto de 2008, un informe de WWF ya advertía que prácticamente todas las poblaciones de tiburón están catalogadas como explotadas a su máximo sostenible (SAGARPA, 2006), entre ellas el tiburón blanco, el tiburón ballena, el tiburón peregrino y los tiburones sierra, así como la manta gigante y las mantas prietas.
Y que en el Golfo de México y el Pacífico Norte existían casos tan drásticos como la reducción de más del 50% de poblaciones de elasmobranquios (tiburones y rayas).
Lo delicado es que dichas especies juegan un papel importante como depredadores tope en los ecosistemas acuáticos marinos y costeros, por lo que su ausencia podría causar aumentos drásticos en las poblaciones presas, alterando de manera significativa el equilibrio de ecosistemas marinos.