Los simuladores emiten señales que indican a los residentes cómo moverse en el cuerpo del paciente al realizar diversos procedimientos, de tal manera que no lo lesionen
Con simuladores virtuales y de alta fidelidad, la UNAM se mantiene a la vanguardia en la enseñanza de nuevos procedimientos clínicos y quirúrgicos.
Médicos residentes pueden practicar, por ejemplo, la atención a una mujer embarazada con preclamsia o hemorragia obstétrica, a un bebé prematuro o a un hombre con crisis convulsivas o estado de choque, entre otras afecciones.
Los nuevos equipos (simuladores de cuerpo completo, con variables de presión arterial, frecuencia cardiaca y saturación de oxígeno, entre otros) se encuentran en el Centro de Enseñanza por Simulación de Posgrado (CESIP), de la División de Posgrado de la Facultad de Medicina (FM).
También cuentan con simuladores virtuales para realizar endoscopías, broncoscopías, colonoscopías, o para desarrollar habilidades técnicas en procedimientos endovasculares a nivel cerebral, o cardiovasculares, con los que se busca capacitar a médicos especialistas.
Hay equipos para exploración cardiovascular, que cuentan con 50 patologías diferentes, además de recrear ruidos pulmonares, expuso la jefa del CESIP, Vianey Barona Núñez. “Contamos con la mayoría de los diferentes simuladores. Son equipos de vanguardia, los más actuales, por lo que el Centro es el mejor equipado en el país”.
Otros replican los ruidos cardiacos. En el simulador de alta fidelidad ginecobstétrico, por ejemplo, se puede ver a través del ultrasonido el latido fetal, las estructuras anatómicas de un bebé y el saco amniótico.
Hace tiempo, expuso la universitaria, los médicos se entrenaban o desarrollaban habilidades con los pacientes reales; hoy en día, por principios éticos, situaciones legales y por la seguridad del paciente, no se permite.
“En un simulador podemos equivocarnos las veces que sean necesarias, sin dañar al paciente. En este Centro, con tantos equipos, podemos hacer que el residente o médico especialista practique hasta que desarrolle una técnica o habilidad”, remarcó.
Los simuladores emiten señales que indican a los residentes, por ejemplo, cómo moverse en el cuerpo del paciente al realizar diversos procedimientos, de tal manera que no lo lesionen.
Previo al uso de los equipos, los médicos residentes o especialistas reciben explicaciones teóricas y al final de éstas también discuten con sus tutores las decisiones que tomaron ante los escenarios que se les plantearon.
La simulación, prosiguió la especialista, no sólo comprende el desarrollo de destrezas psicomotoras, también contempla que los futuros médicos aprendan a trabajar en equipo, desarrollen liderazgo, solucionen conflictos, incluso que sepan comunicarse efectivamente al transmitir una mala noticia.
Se busca también que sepan integrar grupos interprofesionales. “A un hospital llega el médico, luego el infectólogo, la enfermera, el técnico en inhaloterapia, el rehabilitador, y conforman un equipo. ¿Por qué no enseñarles a trabajar así desde un principio para darle la mejor atención y seguridad al paciente?”, propuso.
Recientemente se llevó a cabo el Tercer Encuentro Internacional de Simulación Clínica (SIMex 2019), para que médicos, profesores y profesionistas de cualquier área de la salud que utilizan la simulación como estrategia de enseñanza compartieran sus experiencias.
El encuentro se realizó en la Unidad de Posgrado, en Ciudad Universitaria, y en la Antigua Escuela de Medicina, donde participaron especialistas de Estados Unidos, España, Perú, Chile y Singapur.
Con información de la UNAM