La emergencia sanitaria no ha sido suficiente para que los médicos veterinarios dejen de lado su trabajo y se han adecuado a las circunstancias
Los médicos veterinarios también visten batas blancas, llevan estetoscopio al cuello, guantes esterilizados y hasta botas de hule, si la ocasión lo amerita. A veces sus ropas se ensucian de lodo, de estiércol y se impregnan de ese olor que caracteriza a cada especie animal.
Los veterinarios, que lo mismo ofrecen sus servicios en un consultorio, hospital o en una ranchería, donde se les requiera, para salvarles la vida o cuidar su salud.
Por lo regular, quienes tienen una mascota o producen y comercian con los animales, acuden con estos especialistas para que les brinden atención preventiva o curativa, o para garantizar que su desarrollo sea saludable y de calidad.
Carmela se emociona cada vez que ve a Eduardo Martín Cabrera Domínguez. Él es su médico veterinario, quien además de cuidar su salud la acaricia, la consiente, pero también la regaña.
Ella no es un perro ni un gato, es una cabra que vive en el Centro de Enseñanza, Investigación y Extensión en Producción y Salud Animal (CEPIPSA) de la UNAM, en Topilejo, alcaldía Tlalpan, en la Ciudad de México, junto con 210 caprinos, más 250 borregos y 85 vacas.
La emergencia sanitaria no ha sido suficiente para que los médicos veterinarios, y todos los profesionales involucrados con el cuidado de los animales, dejen de lado su trabajo. Su labor es muy importante y se han adecuado a las circunstancias, afirmó Francisco Suárez Güemes, director de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ).
En ocasión del Día del Veterinario, que se celebró el 17 de agosto, el universitario recordó que a la mayoría los han cuidado desde que nacieron. “Nos asocian por el color que vestimos, y hasta por la forma en que les chiflamos. Se ha generado un vínculo con ellos. Cada quién tiene sus consentidos. Hay un borrego que se llama “Stu”, lo tuvimos desde bebé y ya hasta nos hizo abuelos”.
Al CEPIPSA llegan todo tipo de animales que los habitantes de Topilejo llevan para ser atendidos. “Hemos enfrentado retos, pues han traído lechuzas, víboras de cascabel, cerdos, conejos. Nosotros les damos orientación y los remitimos con los especialistas pertinentes”, comentó Cabrera.
Apoyo ante la pandemia
Según una encuesta realizada este año por la consultora Mitofsky, el 82 por ciento de los mexicanos afirma tener una mascota, siendo el perro el favorito, con el 79 por ciento de las preferencias; y son llevados al veterinario tres veces al año, en promedio.
La medicina preventiva es muy importante y no hay que bajar la guardia, por eso seguimos presentes, resaltó Suárez Güemes.
Por ello, los siete centros de enseñanza de la FMVZ, así como el Hospital Banfield, en las afueras de Ciudad Universitaria, han continuado con sus labores. No con atención abierta al público, pero sí con guardias para que los expertos cuiden de perros, gatos y especies de interés productivo, como aves, bovinos y caprinos que se encuentran en sus instalaciones.
Expuso que ante la contingencia el área de la veterinaria también se ha visto afectada, al igual que la economía, por lo que expertos de la Facultad, con el apoyo del Consejo Nacional de Fabricantes de Alimentos Balanceados y Nutrición Animal A.C (CONAFAB), alistan la distribución de alimento en apoyo de los cuidadores de animales de compañía.
“Nos han hecho una donación de alrededor de 30 toneladas de alimento para mascotas como perros y gatos, a fin de apoyar en su adecuada alimentación. Ya tenemos el esquema de distribución y sólo esperamos luz verde en las alcaldías que rodean Ciudad Universitaria”, detalló.
Gonzalo Guerrero, ayudante de profesor en el área de caprinos del CEPIPSA, precisó que el trabajo de los veterinarios es crucial para la salud de las personas.
La veterinaria es una actividad esencial, pues además de atender a los animales de compañía (que viven en siete de cada 10 hogares, según el censo del INEGI de 2016), procura que los alimentos de origen animal que consumimos sean sanos y de calidad.
Recientemente, la Federación de Veterinarios de Europa informó que tres cuartas partes de las enfermedades humanas recién descubiertas, así como 61 por ciento de los padecimientos infecciosos humanos, provienen de bacterias que se adquieren del contacto con animales. Ejemplo son la salmonella, E. Colli y campylobacter.
Por ello, señaló Guerrero, su cuidado no puede detenerse, aún en tiempos de pandemia. Debido a ese esmero, los animales bajo resguardo del CEPIPSA están libres de brucelosis.
IPR
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