Esta malformación del sistema nervioso central de origen congénito sucede cuando hay una alteración en la formación de una vértebra, afectando a la médula y a sus envolturas
El Mielomeningocele (MMC) es una malformación del sistema nervioso central de origen congénito. Sucede cuando hay una alteración en la formación de una vértebra (Espina Bífida) y esto afecta a la médula y a sus envolturas.
Puede ocurrir en la columna cervical, dorsal o lumbar y puede ser un simple quiste y llamarse “Meningocele” o tener en su interior elementos neuronales anormales como médula y sus raíces.
Una de las causas más reconocidas del MMC, es el déficit de ácido fólico, también puede deberse a factores ambientales, tóxicos (alcohol, carbamazepina, etc), diabetes, alteraciones cromosómicas, enfermedades maternas, déficit de vitamina B12, intoxicación con plomo y/o padres con MMC. El MMC se produce en la cuarta semana de gestación aproximadamente.
La prevención del MMC se realiza mediante la suplementación de ácido fólico antes y después de la concepción. El ácido fólico es una vitamina que se encuentra en el brócoli, espinaca, jugo de naranja, legumbres, pollo, y en forma sintética en el pan y cereales fortificados.
Las mujeres deben tomar ácido fólico todos los días antes de embarazarse. Esto puede ayudar a reducir el riesgo de tener un bebé con defectos en la formación del cerebro y la columna.
El MMC se puede diagnosticar antes del nacimiento, entre las 4 y 22 semanas de gestación aparece en un estudio de sangre materna y en el líquido amniótico niveles altos de alfa feto proteínas (AFP), también se detecta en las ecografías.
Los niños y niñas con mielomeningocele tienen los huesos más frágiles, en especial en los niveles altos, que se desplazan en silla de ruedas, por lo que pueden sufrir fracturas con mayor facilidad.
La cirugía intrauterina para cerrar el defecto (antes de que nazca el bebé) puede reducir el riesgo de algunas complicaciones posteriores. El proceso consiste en una especie de cesárea, en la que participan muchos médicos; el bebé debe estar en posición boca abajo para poder operar la columna y corregir el problema.
Después de que el bebé nace, con frecuencia se recomienda una cirugía para reparar el defecto en los primeros días de vida. Antes de la cirugía, se debe tener mucho cuidado con el manejo del bebé para reducir el daño a la médula espinal expuesta. Esto puede incluir:
- Cuidados y posiciones especiales
- Dispositivos de protección
- Cambios en los métodos de alimentación, manipulación y baño
Los niños que también tienen hidrocefalia pueden necesitar que les coloquen una derivación ventriculoperitoneal. Esto les ayudará a drenar el líquido cefalorraquídeo adicional de los ventrículos (en el cerebro) hasta la cavidad peritoneal (en el abdomen).
Se pueden usar antibióticos para tratar o prevenir infecciones como meningitis o infecciones urinarias.
La mayoría de los niños con esta afección necesitarán tratamiento de por vida para los problemas que resultan del daño a la médula espinal y los nervios raquídeos.
Esto incluye:
- Problemas vesicales o intestinales: Una suave presión hacia abajo sobre la vejiga para ayudar a drenarla. Se pueden necesitar además sondas de drenaje, llamadas catéteres. Los programas de entrenamiento para evacuar y una dieta rica en fibra pueden mejorar el funcionamiento intestinal.
- Problemas articulares y musculares: Se puede necesitar terapia ortopédica o fisioterapia para tratar los síntomas musculoesqueléticos. Se pueden necesitar dispositivos ortopédicos. Muchas personas con mielomeningocele usan principalmente una silla de ruedas.
Los exámenes de control generalmente continuarán por el resto de la vida del niño. Estos se hacen para:
- Examinar el desarrollo del niño
- Tratar cualquier problema intelectual, neurológico o físico
Esta es una de las tantas afecciones en recién nacidos que puede prevenirse o bien disminuir probabilidades, con el adecuado seguimiento prenatal en tu institución de salud.