Las etapas por las que pasa una familia requiere de la flexibilidad de sus miembros, para entender como “normales” los cambios y favorecer la autonomía de sus miembros
Si bien no existen familias “perfectas”, sí existen alternativas para hacer de nuestra familia un ambiente “nutridor” que favorezcan la salud y el crecimiento de quienes la conformamos. Te compartimos algunas ideas:
- Cada miembro tiene necesidades, intereses y capacidades propias. Conocerlas nos permite acercarnos unos a otros de manera respetuosa y comprensiva.
- Como grupo se enriquece de las diferencias de sus integrantes. Podemos ser individuos realizados sin dejar de ser una familia unida.
- La familia también se favorece del contacto con el exterior: relacionarnos con nuevas personas y abrirnos a nuevas experiencias, permite lograr un intercambio entre nuestra familia y el mundo que la rodea.
- Las etapas por las que pasa una familia requiere de la flexibilidad de sus integrantes, primero para entender como “normales” los cambios y segundo para favorecer la autonomía de sus miembros sin perder por eso su identidad como núcleo familiar.
- Las reglas y límites familiares deben ser claros, hablados y firmes pero también renegociables y flexibles; así podrán responder a situaciones especiales y a las nuevas demandas de una familia en crecimiento.
- La comunicación es una herramienta indispensable y privilegiada para intercambiar sentimientos, pensamientos, proyectos y necesidades. Es importante crear espacios de diálogo para intercambiar.
- La congruencia entre lo que decimos, sentimos y hacemos da seguridad y confianza para los miembros de la familia.
- Los conflictos son inevitables. El problema real está en no reconocerlos y manejarlos. Negar los conflictos los agranda, además de crear ansiedad. Hay que encarar los problemas y darle salidas eficaces.
- La calidad de una familia se relaciona con la calidad de la relación de los esposos: como pareja y como padres. La pareja ha de buscar espacios para sí misma donde pueda divertirse, conversar, planear y negociar, al mismo tiempo requiere que los hijos los vean como un equipo de padres amoroso y eficaz.
- Trabajar en la calidad de la relación de pareja evita que los padres triangulen a sus hijos haciendo bandos a favor de mamá o papá o descargando en ellos la frustración personal.
Cuando sintamos que alguna situación nos sobrepasa hemos de recordar que siempre podemos consultar y pedir ayuda. ¡No permitamos que las dificultades normales de la vida cobren altísimos costos a nuestra familia!
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