La inmunidad pasiva se consigue a través de anticuerpos que se fabrican a gran escala por farmaceúticas
La empresa farmacéutica Eli Lilly, indicó que el personal de enfermería y los pacientes en algunos centros de vida asistida de Estados Unidos, van a empezar a recibir un medicamento de anticuerpos para analizar su eficacia y prevenir la infección causada por el coronavirus (COVID-19).
El medicamento de Eli Lilly consiste en una de estas proteínas en forma de Y, un anticuerpo natural fabricado a gran escala.
La farmaceútica trabajará con los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, para identificar los centros de tercera edad con brotes de COVID-19. En algunas áreas, los residentes de estos centros representan la mayoría de las muertes por COVID-19.
las vacunas exponen al cuerpo a una parte del patógeno, lo que genera una “inmunidad activa”: el cuerpo aprende a producir sus propios anticuerpos contra un germen específico.
Añadir los anticuerpos artificialmente genera inmunidad “pasiva” que dura solo mientras los anticuerpos siguen activos.
Los investigadores aseguran que los anticuerpos, administrados generalmente por vía intravenosa, pueden permanecer en el torrente sanguíneo durante semanas o meses.
Los tratamientos con anticuerpos podrían llegar al mercado antes que una vacuna. Podrían representar un gran paso para proteger a los trabajadores sanitarios y a los más vulnerables.
Un reciente informe del American Biodefense Institute se refiere a la inmunidad pasiva como “la próxima generación de respuesta ante una pandemia”.
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AFG