Desde 2015 se ha tratado con esta técnica a 36 derechohabientes, con una sobrevida que se equipara con los estándares internacionales, en pacientes en estado crítico
Con el objetivo de brindar una alternativa de tratamiento a las y los derechohabientes que padecen enfermedades crónicas cardiacas o pulmonares que ponen en peligro la vida, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) brinda la Terapia ECMO (Membrana de oxigenación extracorpórea), un soporte temporal que colocan los especialistas ante la imposibilidad del corazón o los pulmones de realizar sus funciones.
El director del Hospital de Cardiología del Centro Médico Nacional (CMN) Siglo XXI, Guillermo Saturno Chiu, explicó que este procedimiento se reserva a personas con falla en uno o ambos órganos en forma crítica y que no responden a los tratamientos convencionales.
Está indicado para tratar padecimientos como falla cardiaca aguda, inflamación del miocardio posterior a cirugía, neumonía o embolia pulmonar.
La terapia consiste en colocar un acceso venoso para sacar del cuerpo la sangre con mala oxigenación; una bomba impulsa la sangre hacia una membrana especial que oxigena la sangre y elimina el bióxido de carbono a través de un “pulmón artificial” a fin de regresar la sangre oxigenada al organismo, mientras el corazón y/o pulmón, descansa de sus funciones habituales y recupera su normalidad.
Por su parte, el doctor Carlos Riera Kinkel, jefe de la División de Cirugía Cardiotorácica del Hospital de Cardiología, dijo que este hospital es pionero en el IMSS en el uso de la Terapia ECMO, que también ya se realiza en el Hospital General del CMN La Raza.
Explicó que por el delicado estado de salud de los pacientes, se requiere un análisis cuidadoso y diversos estudios, previo a su realización. El equipo de ECMO de este hospital, tiene la posibilidad de movilizar con este sistema a pacientes en estados críticos de otras unidades hospitalarias (ECMO-móvil).
Desde 2015 se ha tratado con esta técnica a 36 derechohabientes, con una sobrevida que se equipara con los estándares internacionales, que van alrededor de 60 por ciento, en pacientes en estado crítico.