Un estudio rastreó y analizó conversaciones de 467 personas de entre 18 y 58 años y descubrió importantes datos sobre los hábitos alrededor del chisme
Un nuevo estudio de la Universidad de California, el primero que investiga el chisme entre las personas, ha revelado que se dedica a ello hasta 52 minutos al día de media, desmintiendo además que las mujeres sean más propensas a esta actividad que los hombres. Aunque si bien, los jóvenes sí son más proclives a chismorrear que los mayores.
Así, esta investigación, la primera que ha profundizado sobre quiénes chismosean más, sobre qué temas hablan y con qué frecuencia lo hacen, ha comprobado que las mujeres no se involucran más en chismes negativos que los hombres.
Igualmente, las personas de bajos ingresos o con menor nivel educativo no chismorrean más que los de mayores ingresos o formación académica, pero los jóvenes sí tienen más probabilidades de hacer comentarios negativos respecto que sus mayores.
“Hay una sorprendente escasez de información sobre quién chismosea y cómo, a pesar del interés y la opinión pública sobre el tema”, explica Megan Robbins, profesora asistente de psicología que dirigió el estudio junto con Alexander Karan, un estudiante graduado en su laboratorio.
Para abordar esta cuestión se consideró el chismorreo o cotilleo símplemente como hablar de alguien que no está presente, tanto de forma positiva como negativa o simplemente neutral. “Con esa definición, sería difícil pensar en una persona que nunca chismorrea porque eso querría decir que sólo mencionaría a alguien cuando está en su presencia –explica Robbins–. No solo sería difícil, sino que probablemente les parecería extraño a las personas con las que interactúan”.
En la investigación, Robbins y Karan analizaron datos de 467 personas de entre 18 y 58 años (269 mujeres y 198 hombres).
Los participantes llevaban un dispositivo de escucha portátil que Robbins emplea en su investigación llamada ‘Registrador activado electrónicamente’ o EAR, por sus siglas en inglés. El EAR recoge lo que la gente dice a lo largo del día; aproximadamente el 10 por ciento de su conversación se registra y después se analiza.
Los investigadores consideraron la conversación como chismoseo si se hablaba de alguien que no estaba presente. En total, se recogieron 4,003 chismes que filtraron según tres categorías: positivo, negativo o neutral. Los asistentes codificaron aún más el chisme dependiendo de si se trataba de una celebridad o un conocido, el tema y el género del interlocutor.
Tres cuartos de los chismes eran neutrales, si bien el chisme negativo (604 casos) fue dos veces más frecuente que el positivo (376) y eran abrumadoramente más sobre un conocido (3,292) y no una celebridad (369).
La investigación, publicada en la revista ‘Social Psychological and Personality Science’, ha revelado que las personas más jóvenes se involucran en chismes más negativos que los adultos mayores. Además, alrededor del 14 por ciento de las conversaciones de los participantes fueron chismes, es decir, un poco menos de una hora de las 16 de vigilia al día.