Los mecanismos biológicos por los que los ácidos grasos podrían influir en la densidad mamográfica son todavía desconocidos.
Un estudio del CIBER de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP) y el Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III, reveló que tener altas concentraciones de ácidos grasos saturados, algunos monoinsaturados y algunos ácidos grasos trans se vincula con una mayor densidad mamaria.
La densidad apunta a la cantidad relativa de tejido fibroglandular, el cual es factor de riesgo de cáncer de mama. Dicho tejido se puede ver influenciado por factores dietéticos.
Para corroborar se analizó a mil 400 mujeres premenopáusicas que acudieron a la Unidad de Radiodiagnóstico de Mama del Ayuntamiento de Madrid. Como resultado, aquellas que presentaron niveles elevados de ácidos grasos saturados mostraron mayor densidad mamográfica.
Lo mismo con el ácido graso monoinsaturado palmitoleico (presente en grasas animales y aceites vegetales y marinos), así como ácidos grasos trans palmitelaídico (en la carne de rumiantes y en productos lácteos) y elaídico (en amplia variedad de alimentos industriales).
«Los mecanismos biológicos por los que los ácidos grasos podrían influir en la densidad mamográfica son todavía desconocidos, pudiendo mediar en esta asociación los procesos inflamatorios o un efecto directo sobre el tejido graso de la mama», explicó Virginia Lope, una de las coordinadoras de este estudio epidemiológico.
Sin embargo, las mujeres con niveles altos de ácido linoleico (presente en aceites vegetales, frutos secos y semillas) y ácido araquidónico, mostraron menor densidad mamaria.
Contenido relacionado:
Pandemia de COVID-19 vino a cambiar nuestra forma de relacionarnos sexualmente
VIGA