Síntomas de tos y congestión del tracto respiratorio superior preceden a la aparición de síntomas gastrointestinales, pero solo en algunos
De acuerdo con un estudio llevado a cabo por investigadores del Hospital de Niños Ann & Robert H. Lurie de Chicago (Estados Unidos), en los bebés con COVID-19, la enfermedad que provoca el coronavirus no suele provocar ninguna afectación respiratoria.
Investigadores del Hospital de Niños Ann & Robert H. Lurie de Chicago (Estados Unidos) sugieren que la mayoría de los bebés infectados padecen la enfermedad de forma leve y no suelen tener riesgo de ponerse graves.
El estudio publicado en The Journal of Pediatrics, indica que la mayoría de los bebés que fueron considerador para la investigación tenían fiebre, pero nada más allá de ello.
El estudio incluyó a 18 bebés, ninguno con un historial médico significativo. Del 50 por ciento de los lactantes que ingresaron en el servicio de hospitalización general del hospital, ninguno requirió oxígeno, asistencia respiratoria o cuidados intensivos.
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De hecho, según los expertos, las indicaciones para la admisión fueron principalmente observación clínica, monitoreo de la tolerancia a la alimentación y descartar infección bacteriana con antibióticos intravenosos empíricos en lactantes menores de 60 días.
Únicamente, de los bebés ingresados en el hospital, seis de nueve tenían síntomas gastrointestinales (GI) (mala alimentación, vómitos y diarrea).
El estudio también señala que los síntomas de tos y congestión del tracto respiratorio superior precedieron a la aparición de síntomas gastrointestinales.
Asimismo, se halló que los pequeños tenían cargas virales notablemente altas en sus muestras nasales, a pesar de la enfermedad clínica leve.
En este contexto, los expertos zanjaron que “No está claro si los bebés pequeños con fiebre y una prueba positiva para el nuevo coronavirus requieren ingreso hospitalario”. De acuerdo con su perspectiva, la decisión de ingresarlos al hospital se basa en la edad, la necesidad de tratamiento preventivo de la infección bacteriana, la evaluación clínica, la tolerancia a la alimentación y la adecuación del seguimiento.
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CAB
