Preocupante el rezago de tratamientos para la epilepsia en países pobres

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Preocupante el rezago de tratamientos para la epilepsia en países pobres
Preocupante el rezago de tratamientos para la epilepsia en países pobres

El riesgo de muerte prematura en personas con epilepsia en estas zonas es hasta tres veces mayor que en la población general

La epilepsia es una de las enfermedades neurológicas más frecuentes en todo el mundo, afectando a unos 50 millones de personas de todas las edades, aunque su frecuencia es mayor entre los niños y los mayores de 60 años.

Se trata de una enfermedad cerebral caracterizada por una actividad eléctrica anormal que provoca convulsiones o comportamientos y sensaciones inusuales, y, a veces, pérdida de conciencia, y que tiene consecuencias neurológicas, cognitivas, psicológicas y sociales.

Así, tres cuartas partes de las personas con epilepsia que viven en países de ingresos bajos no reciben el tratamiento que necesitan, lo que aumenta el riesgo de muerte prematura y condena a muchas de ellas a una vida dominada por la estigmatización.

Estos datos se presentan en Epilepsia: un imperativo de salud pública, publicado hoy por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y dos importantes organizaciones no gubernamentales: la Liga Internacional contra la Epilepsia y la Oficina Internacional para la Epilepsia.

«El déficit terapéutico de la epilepsia es inaceptablemente alto, cuando sabemos que el 70% de las personas que la padecen podrían dejar de tener crisis si tuvieran acceso a medicamentos cuyo costo anual no supera los de US$ 5 y se pueden administrar a través de los sistemas de atención primaria», dijo el Dr. Tarun Dua, del Departamento de Salud Mental y Abuso de Sustancias de la OMS.

El riesgo de muerte prematura en personas con epilepsia es hasta tres veces mayor que en la población general. La mortalidad prematura en personas con epilepsia es significativamente mayor en los países de ingresos bajos y medianos que en los de ingresos altos.

Esta mayor mortalidad prematura en los países de ingresos bajos y medianos probablemente esté relacionada con la falta de acceso a la atención sanitaria cuando las crisis son de larga duración o se producen muy cerca unas de otras sin que haya recuperación entre ellas, y con la insuficiente atención prestada a causas prevenibles como el ahogamiento, los traumatismos craneoencefálicos y las quemaduras.

Aproximadamente la mitad de los adultos con epilepsia tienen al menos otro problema de salud. Los más frecuentes son la depresión y la ansiedad: el 23% de los adultos con epilepsia sufrirán depresión clínica durante su vida y el 20% tendrá ansiedad. Los trastornos psiquiátricos, como la depresión y la ansiedad, pueden empeorar las crisis y reducir la calidad de vida. El 30-40% de los niños con epilepsia tienen problemas de desarrollo y aprendizaje.

Además, «la estigmatizaciónde la epilepsia es uno de los principales factores que hacen que los afectados no busquen tratamiento», dijo el Dr. Martin Brodie, Presidente de la Oficina Internacional para la Epilepsia.

«Muchos niños con epilepsia no van a la escuela y a los adultos se les niega el trabajo, el derecho a conducir e incluso a casarse. Hay que acabar con estas violaciones de los derechos humanos que sufren las personas con epilepsia».

Las campañas de información pública en las escuelas, los lugares de trabajo y la comunidad en general para ayudar a reducir la estigmatizacióny la introducción de leyes para prevenir la discriminación y las violaciones de los derechos humanos también son elementos importantes de la respuesta de salud pública.

El informe también muestra que cuando existe voluntad política, el diagnóstico y el tratamiento de la epilepsia pueden integrarse con éxito en los servicios de atención primaria.

Los proyectos piloto introducidos en Ghana, Mozambique, Myanmar y Vietnam en el marco del programa de la OMS para reducir el déficit terapéutico de la epilepsia han aumentado considerablemente el acceso, de modo que hay 6.5 millones más de personas que pueden acceder al tratamiento de esta enfermedad si lo necesitan.

Entre las causas de la epilepsia destacan las lesiones perinatales, los traumatismos craneoencefálicos, las infecciones cerebrales (como la meningitis o la encefalitis) y los accidentes cerebrovasculares. Se estima que el 25% de los casos son prevenibles.

Hay intervenciones preventivas eficaces que se pueden integrar en respuestas de salud pública más generales en el ámbito de la salud materna y neonatal, el control de las enfermedades transmisibles, la prevención de las lesiones y la salud cardiovascular.

La detección de las complicaciones del embarazo y la atención al parto por personal capacitado pueden ayudar a prevenir las lesiones perinatales, mientras que la inmunización contra la neumonía y la meningitis, los programas de lucha contra el paludismo en las zonas endémicas, las iniciativas para reducir las lesiones causadas por los accidentes de tráfico, la violencia y las caídas, y las intervenciones sanitarias y comunitarias para prevenir la hipertensión arterial, la diabetes, la obesidad y el tabaquismo pueden contribuir a reducir las tasas de epilepsia.

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