La dieta vegetariana disminuye problemas coronarios, pero aumenta el riesgo de ictus cerebral

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La dieta vegetariana disminuye problemas coronarios, pero aumenta el riesgo de ictus cerebral
La dieta vegetariana disminuye problemas coronarios, pero aumenta el riesgo de ictus cerebral

Los investigadores atribuyen el derrame cerebral a una baja en los niveles de colesterol total en la sangre o una deficiente ingesta de ciertas vitaminas

En el eterno debate sobre los beneficios o perjuicios de llevar una alimentación que excluya los productos de origen animal, tanto por los beneficios percibidos para el cuerpo humano como para el medio ambiente o por el bienestar animal, ahora surgen los resultados de un estudio realizado en Reino Unido que señala que los veganos y vegetarianos presentan un mayor riesgo de padecer accidente cerebrovascular hemorrágico.

Según el estudio hecho a gran escala durante 18.1 años, los investigadores atribuyen el derrame cerebral a una baja en los niveles de colesterol total en la sangre o una deficiente ingesta de ciertas vitaminas.

Lo que resulta contrastante con el hecho de que las dietas vegetarianas y veganas disminuyen considerablemente los riesgos de desarrollar enfermedad coronaria, frente a las que incluyen carne.

Dicha investigación sobre los riesgos de cardiopatía isquémica y accidente cerebrovascular en consumidores de carne, peces y vegetarianos, publicada en ‘The BMJ’, surgió a raíz de la falta de datos de estudios anteriores sobre los beneficios de la dieta libre de productos de origen animal, sobre la omnívora; por lo que entre 1993 y 2001 se analizó a 48,188 participantes mayores de 18 años y sin antecedentes de accidente cerebrovascular o enfermedad cardiovascular.

Los 48,188 participantes fueron clasificados en tres grupos de dieta distintos: comedores de carne (cualquier tipo de carne, lácteos o huevos), consumidores de pescado y vegetarianos, incluidos veganos.

Además de la dieta, el cuestionario de reclutamiento de quienes participaron en el estudio, incluía datos sobre características sociodemográficas, el estilo de vida y el historial médico, incluyendo el nivel educativo, adicción al tabaco, actividad física, uso de suplementos nutritivos y el uso de anticonceptivos orales o terapias de reemplazo hormonal en las mujeres.

En el caso de la cardiopatía isquémica, el único estudio previo existente que validaba un menor riesgo a padecerla por pare de los vegetarianos, fue el European Prospective Investigation into Cancer (EPIC) -Oxford; sin embargo, la falta de seguimiento tras la publicación, impedía corroborar los resultados a largo plazo y no incluía la diferencia en el riesgo del accidente cerebrovascular.

Por lo tanto, un equipo de investigadores del Departamento de Salud de la Población de Nueld, Universidad de Oxford, se basó en los datos del EPIC-Oxford para explorar y contrastar los riesgos de enfermedad cardiovascular y accidente cerebrovascular en los consumidores de este tipo de dietas, a lo largo de 18 años.

A lo largo de los 18.1 años que se siguió al grupo de personas, se terminaron registrando un total de 2,820 casos de cardiopatía isquémica y 1,072 casos de accidente cerebrovascular. Así, una vez que se ajustaron factores sociodemográficos y de estilo de vida, aquellos que consumieron pescado y los vegetarianos, tuvieron un 13 % y 22 % respectivamente de tasas menores de cardiopatía isquémica, comparados con los carnívoros.

Pero, por otro lado, los vegetarianos presentaron hasta en 20 % tasas más altas de accidente cerebrovascular total que quienes consumían carne, principalmente por un mayor índice de accidente cerebrovascular de tipo hemorrágico.

En este sentido, tanto los vegetarianos como los veganos tenían colesterol circulante más bajo y niveles de varios nutrientes que los que comen carne (por ejemplo, vitamina B12), lo que podría explicar estos hallazgos, sugieren los autores de la investigación liderada por la doctora Tammy Tong.

El problema de esta investigación es que, pese a que el tamaño de muestra fue muy grande y el seguimiento a largo plazo (hasta el 31 de marzo de 2016), la población estudiada se basó en europeos blancos; lo que complica poder replicar los resultados obtenidos en otras poblaciones con patrones de dieta y estilos de vida, muy diferentes, como los de las naciones de economías en desarrollo o emergentes.

De esta forma, dicho estudio demostró que aquellos adultos del Reino Unido que optaban por una dieta vegetariana o a base de pescado, efectivamente presentaban menor riesgo de desarrollar enfermedad cardíaca isquémica que los carnívoros, pero que los vegetarianos tenían un riesgo más fuerte de presentar accidente cerebrovascular.

Sugiriendo que, en futuras investigaciones, se incluyan mediciones adicionales de los niveles de colesterol, vitamina B 12, aminoácidos y ácidos grasos en la población a observar y analizar, para identificar con mayor precisión los factores que pudieran mediar las asociaciones observadas.

Y que se necesitan estudios adicionales en otras poblaciones muestra a gran escala con una alta proporción de personas que no consuman carne para así poder confirmar o no, la generalización de estos resultados y evaluar su relevancia tanto para la práctica clínica como para la salud pública.

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