Una investigación de la OMS reveló que incluir el placer puede ser un factor de éxito importante para mejorar el conocimiento y las actitudes sobre el sexo
Una investigación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) reveló que considerar el placer sexual puede ayudar a prevenir las enfermedades de transmisión sexual (ETS).
El análisis, publicado en la revista de acceso abierto PLOS ONE, subrayó la necesidad de considerar el placer sexual, no solo el riesgo de enfermedad, en el diseño de programas de salud sexual.
La investigación, realizada en conjunto con la organización The Pleasure Project, revisó artículos publicados entre el 1 de enero de 2005 y el 1 de junio de 2020, en 7 bases de datos. Examinaron 7 mil 825 resúmenes e incorporaron mil 208 artículos.
Asimismo, analizó 33 intervenciones únicas con 18 mil 886 participantes que tenían como objetivo la reducción del riesgo de VIH/ETS (ninguna ocurrió en el contexto de la prevención del embarazo o la planificación familiar).
Durante ellas, el placer se abordó de diversas maneras: como contexto de las habilidades conductuales, por ejemplo, cómo el uso del condón podría volverse divertido y placentero, a menudo considerado dentro de un contexto negativo y centrado en el riesgo; el abordaje de las creencias negativas sobre el uso del condón y el placer; la erotización del sexo seguro; y la evaluación de los derechos sexuales personales y las elecciones sexuales positivas, entre otras.
“La educación y los servicios de salud sexual tradicionalmente han promovido prácticas sexuales más seguras al centrarse en la reducción de riesgos y la prevención de enfermedades, sin reconocer cómo el sexo más seguro también puede promover la intimidad, el placer, el consentimiento y el bienestar”, advirtió la Dra. Lianne Gonsalves, coautora del artículo y miembro de la Organización Mundial de la Salud, en un comunicado de la OMS.
La revisión mostró que incluir el placer puede ser un factor de éxito importante para mejorar el conocimiento y las actitudes sobre el sexo, además de aumentar las prácticas sexuales más seguras.
De acuerdo con la investigación, el metanálisis indica que las intervenciones que incorporan el placer tienen un efecto positivo significativo sobre el uso del condón. Esto tiene implicaciones directas para la reducción del VIH y las ETS.
Ante esto, la investigación recomienda rediseñar las intervenciones de salud y educación sexual para incorporar consideraciones sobre el placer sexual, incluso cuando se promueven relaciones sexuales más seguras. Esto significa reconocer las razones por las que las personas tienen relaciones sexuales y reconocer que las experiencias sexuales pueden y deben ser placenteras.
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“Esta revisión brinda un mensaje simple: los programas que reflejan mejor las razones por las que las personas tienen relaciones sexuales, incluso por placer, obtienen mejores resultados de salud. La esperanza es que estos resultados impulsen a la comunidad de derechos y salud sexual y reproductiva a promover servicios que eduquen y equipen a los usuarios para tener relaciones sexuales seguras, consentidas y placenteras”, concluyó Gonsalves.
De acuerdo con la OMS, cada día se adquieren más de 1 millón de infecciones de transmisión sexual (ITS) en todo el mundo, la mayoría de las cuales son asintomáticas.
La organización advierte que las ETS tienen un impacto directo en la salud sexual y reproductiva a través de la estigmatización, la infertilidad, el cáncer y las complicaciones del embarazo y pueden aumentar el riesgo de contraer el VIH.
Por ejemplo, la OMS reporta que la infección por VPH está asociada con más de 311 mil muertes por cáncer de cuello uterino cada año.
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CAB