Especialistas de la UNAM advierten de las consecuencias de la resistencia antimicrobiana

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Especialistas de la UNAM advierten de las consecuencias de la resistencia antimicrobiana

La Dra. Rosa María Wong resaltó que la utilización excesiva de antibióticos en granjas de aves y en ganado, junto con el mal uso y abuso de antibióticos en los humanos, lleva a problemas de resistencia a los antimicrobianos

El aumento de la resistencia antimicrobiana amenaza con el retorno de infecciones antes controladas, como la malaria. Desde la década de los 80 del siglo pasado, al menos 150 patógenos que atacan a los humanos han sido identificados, ya sea como emergentes, reemergentes o en evolución, afirmó Carlos Amador Bedolla, director de la Facultad de Química de la UNAM.

“La forma más común de la resistencia antimicrobiana es la resistencia de las bacterias a los antibióticos”, explicó.

Samuel Ponce de León, coordinador del Programa Universitario de Investigación en Salud (PUIS), señaló que ante ello, la UNAM estableció el Plan Universitario de Control de la Resistencia Antimicrobiana (PUCRA), que une esfuerzos de diversas entidades y disciplinas para elaborar una propuesta de política pública encaminada al control de los antibióticos.

El objetivo de esta iniciativa, encabezada por el PUIS, es fundamentar la necesidad de disminuir el uso de antibióticos en todas las áreas: práctica médica, veterinaria, odontología y agroindustria, entre otras.

En el “Primer simposio de concientización sobre el uso de antimicrobianos”, en el marco de la “Semana mundial de concientización sobre el uso de los antibióticos”, de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Amador Bedolla indicó que la transición demográfica contribuye a este problema, pues la humanidad se ha vuelto más urbana que rural y se acumulan grandes cantidades de personas en zonas densamente pobladas.

Además, por la migración, el intercambio y el turismo, más individuos pueden estar en contacto con diversos patógenos y eso facilita la transmisión de enfermedades, dijo.

También, el cambio climático es un factor importante, pues tiene efectos sobre los ecosistemas y el ambiente, e impacta en las rutas migratorias de los vectores de enfermedades.

Cecilia Acuña, de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), advirtió que “si en el mundo no logramos controlar la resistencia antimicrobiana, se estima que para el año 2050 las infecciones resistentes costarán a la humanidad 50 millones de muertes al año”, advirtió.

Anotó que en 2014 se registraron 500 mil casos de tuberculosis drogorresistente. “Estamos frente a agentes biológicos que son mucho más poderosos y más rápidos de lo que pensábamos”.

En 2018, tres millones de personas en el mundo padecieron una enfermedad transmitida por alimentos. Por ello, además de la investigación científica que se realiza en torno a la resistencia bacteriana, hizo un llamado a la población para que tome medidas preventivas como lavarse las manos antes de cocinar, antes y después de ir al baño; tener higiene en la manipulación de alimentos y tener relaciones sexuales protegidas para evitar infecciones.

Rosa María Wong, de la Facultad de Medicina, resaltó que la utilización excesiva de antibióticos en granjas de aves y en ganado, junto con el mal uso y abuso de antibióticos en los humanos, lleva a problemas de resistencia a los antimicrobianos. Se ha demostrado en varios estudios que en 50 por ciento de las prescripciones antimicrobianas en forma ambulatoria, la medicación, la dosis o el tiempo de tratamiento son incorrectos.

El incremento a la resistencia antimicrobiana lleva a infecciones recurrentes, graves y mortales, y la resistencia antibiótica incrementa entre 30 y 44 por ciento la mortalidad, aumenta los días de estancia hospitalaria y los costos asociados.

Abundó que el incremento de la resistencia bacteriana, combinada con la disminución del descubrimiento de nuevos antibióticos, ha resultado en una crisis de salud. “Entre 1940 y 1970 se describieron 14 clases de antibióticos, con nuevas moléculas en cada grupo, pero a partir de 1980 esta tendencia disminuyó drásticamente, y entre 2003 y 2007 solamente cinco antibióticos fueron aprobados”.

“Se estima que 700 mil personas fallecen al año por infecciones provocadas por microorganismos resistentes a los antimicrobianos, y si no encontramos una solución para 2050, tendremos millones de muertes, que incluso podrían sobrepasar las causadas por cáncer”, alertó.

Finalmente, Felipe de la Sancha Mondragón, de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), expuso que la farmacorresistencia tiene un impacto significativo en la salud pública y requiere de medidas urgentes.

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