El transporte siempre ha sido un mecanismo de dispersión de patógenos

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El transporte siempre ha sido un mecanismo de dispersión de patógenos
El transporte siempre ha sido un mecanismo de dispersión de patógenos

Un avión con 300 pasajeros, que recorre en tres horas y media cuatro mil kilómetros, puede ser muy significativo para un contagio

Las personas en los medios de transporte también son responsables de la dispersión de patógenos, desde la peste bubónica hasta el coronavirus, afirmó Jorge Velasco Hernández, del Instituto de Matemáticas, unidad Juriquilla de la UNAM.

Una epidemia depende, entre otros factores, de la capacidad del virus de reproducirse y la densidad de la población, así que entre más grande sea una ciudad, hay más sujetos propensos a contagiarse, subrayó.

Velasco Hernández detalló que los patógenos se mueven con las personas por las rutas de transporte, ya sean aéreas, terrestres o marítimas; por ello los modelos matemáticos pueden mostrar cómo se ha dispersado el coronavirus.

En México, la mayor parte de la población se mueve en transporte terrestre, y aunque las distancias son cortas, viaja gran cantidad de personas en un espacio cerrado, condiciones que proporcionan a un patógeno la oportunidad de transmitirse y moverse a otras localidades.
 
En la calle o el trabajo, por cada persona infectada se contagiarán, aproximadamente, entre dos y tres más. “Si a un individuo con síntomas lo encerramos con otros 50 en un camión, que carece de sistema de ventilación y circulación de aire eficaz, el número de infectados puede ser de cuatro a cinco”, precisó el universitario.

Cuando estamos en un espacio cerrado y hay muchas personas, la capacidad infecciosa es mayor, porque el contacto se incrementa; lo mismo pasa en el transporte público, enfatizó.

Precisó que un avión con 300 pasajeros, que recorre en tres horas y media cuatro mil kilómetros, dependiendo del tamaño de las ciudades que conecta y el volumen de la población, puede ser muy significativo para un contagio.

“Las simulaciones matemáticas pueden determinar el posible efecto de una infección al arribar a una urbe, en función de la cantidad de su población”.

De ahí que el investigador universitario recomiende que en estos días se viaje lo menos posible, y si se sale de casa, que sea por razones estrictamente necesarias y extremando las medidas de seguridad.

“Medidas como el distanciamiento social y no salir del hogar han sido estudiadas mediante modelos matemáticos, y se ha demostrado que son eficaces para contener contagios, pues esta ciencia es capaz de explicar cómo se dispersan los virus”, dijo.

Superdispersores

En el caso del coronavirus, se ha sabido de personas que contagian de 10 a 20 más; a estos sujetos se les llama superdispersores, “afortunadamente son muy raros”.

Un superdispersor llega a serlo por el riesgo que representa si, por ejemplo, al estar enfermo se encierra con 50 personas en un camión durante siete horas, o en un avión con 250 viajeros, durante 11 horas, concluyó.

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