La incorporación a toda actividad física regular se debe realizar gradualmente, de acuerdo con la edad de las personas, a sus capacidades, habilidades y ajustarse en caso de que se tenga algún padecimiento
En el marco de la conmemoración del Día Mundial de la Actividad Física este 6 de abril, el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), alerta ante el riesgo del sedentarismo, que afecta al 60% de la población mundial y en México, al 58.3 por ciento de los mayores de 18 años, de acuerdo con el reporte 2018 del Módulo de Práctica Deportiva y Ejercicio Físico (MOPRADEF), realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
La inactividad física, sumada a malos hábitos alimenticios, son principales factores de riesgo para el desarrollo de obesidad y enfermedades crónico-degenerativas, importantes causas de muerte en nuestro país.
Por ello, el ISSSTE invita a toda la población a fomentar en sus familias la práctica física o deportiva de manera regular, sumada a un estilo de vida saludable, ya que ambos son la mejor y más efectiva medicina preventiva e inversión en salud, afirmó Oscar Esteban Sánchez Santos, maestro en ciencias del deporte e implementador central del programa Manejo Integral de Diabetes por Etapas (MIDE) del Instituto.
Señaló que “las actividades laborales, escolares y los estilos de vida actuales nos generan un mayor tiempo de inactividad física al estar varias horas frente a una pantalla de computadora, televisión, videojuegos, tabletas y celulares, por ello es importante reducir estos tiempos inactivos y la recomendación es que las personas no permanezcan más de dos horas consecutivas sin moverse de 5 a 10 minutos”.
Practicar actividad física y/o ejercicio físico de manera regular a lo largo de los años produce efectos benéficos a corto, mediano y largo plazo en la salud.
Entre esos beneficios, el especialista comentó: “ayuda a disminuir la grasa y controlar el peso corporal; fortalece los huesos, aumenta la masa muscular y contribuye a tener un envejecimiento saludable”.
Además, añadió, “permite prevenir y controlar enfermedades cardiovasculares como hipertensión, infartos y accidentes cerebrovasculares; así como reducir el riesgo de padecer diferentes tipos de cáncer como de colon, mama, esófago, entre otros”.
“La actividad física de manera regular favorece el equilibrio metabólico en las personas que viven con diabetes y a quienes registran niveles de colesterol y triglicéridos altos, les ayuda a disminuirlos gradualmente”, enfatizó.
En el campo de la salud mental, dijo, que “realizar actividad física regular permite segregar hormonas y neurotransmisores que nos hacen sentir bien, felices y a gusto con nosotros mismos, esto también ayuda a mantener un buen estado de bienestar mental y disminuye la presencia de enfermedades como depresión”.
Precisó que la actividad física puede dividirse en no estructurada y estructurada. En la no estructurada están actividades como cortar el pasto, realizar actividades en el hogar, utilizar escaleras, bailar, caminar, desplazarse o trabajo que implique movimiento.
En cambio, la actividad física estructurada implica realizar actividades en un gimnasio bajo la supervisión de un profesional, practicar algún deporte, establecer una rutina de actividad física que se realice en una hora establecida, con una duración establecida y con una intensidad establecida. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda una actividad física de intensidad moderada, con un mínimo de 150 horas de práctica por semana.
Por último, el experto en ciencias del deporte aclaró que la incorporación a toda actividad física regular se debe realizar gradualmente, de acuerdo con la edad de las personas, a sus capacidades, habilidades y ajustarse en caso de que se tenga algún padecimiento.