El estiramiento pasivo disminuye la rigidez de las arterias tanto en la parte inferior de la pierna como en la parte superior del brazo.
Autores en el «Journal of Physiology» revelan que 12 semanas continuas de estiramiento pasivo favorece la dilatación de las arterial, por lo que mejora el flujo sanguíneo.
Dicho estiramiento involucra una fuerza externa -otra persona o gravedad-, e impacta en los casos sanguíneos, que podrían estar implicados en enfermedades, como la cardiaca.
Investigadores de la Universidad de Milán sometió a prueba a 39 participantes sanos de ambos sexos. Los dividieron en dos grupos; el primero no realizó estiramientos, contrario al segundo equipo. En los integrantes que se ejercitaron de manera pasiva, disminuyó la rigidez de las arterias tanto en la parte inferior de la pierna como en la parte superior del brazo.
La estimulación podría impactar en derrames cerebrales y la diabetes, patologías caracterizadas por un sistema vascular deteriorado.
Los autores esperan aplicar el experimento en pacientes que padecen alguna enfermedad vascular con el objetivo de estudiar si el estiramiento puede fungir como tratamiento libre de medicamentos, y optimizar su salud vascular.
Emiliano Ce, autor del artículo subraya que «esta nueva aplicación de estiramiento es especialmente relevante en el actual periodo pandémico de mayor confinamiento en nuestros hogares. Donde la posibilidad de realizar un entretenimiento beneficioso para mejorar y prevenir enfermedades cardíacas, derrames cerebrales y afecciones es limitada».
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