Los riñones tienen una función básica para nuestro cuerpo: filtran los desechos y el exceso de líquidos de la sangre, que luego son excretados en la orina
El Día Mundial del Riñón, celebrado cada segundo jueves de marzo, promueve el acceso asequible y equitativo a la educación sanitaria, la atención en salud y la prevención de las enfermedades renales.
Este 2018, el Día Mundial del Riñón coincide con el Día Internacional de la Mujer, por lo que el lema es “Riñones y salud de la mujer: incluir, valorar y empoderar”.
¿Por qué la importancia de la salud de renal?
Los riñones tienen una función básica para nuestro cuerpo: filtran los desechos y el exceso de líquidos de la sangre, que luego son excretados en la orina.
La enfermedad renal crónica del riñón, también llamada insuficiencia renal crónica, describe la pérdida gradual de la función renal. Cuando la enfermedad renal crónica alcanza una etapa avanzada, niveles peligrosos de líquidos, electrolitos y los desechos pueden acumularse en el cuerpo.
Los signos y síntomas de la enfermedad renal crónica se desarrollan con el paso del tiempo y el daño renal suele avanzar lentamente, y puede incluir, náuseas, vómitos, pérdida de apetito, fatiga y debilidad, problemas de sueño, cambios en la producción de orina, disminución de la agudeza mental, espasmos musculares y calambres, hinchazón de pies y el tobillo y presión arterial alta.
Los signos y síntomas son a menudo no específicos, lo que significa que también pueden ser causados por otras enfermedades.
Algunos de los factores que pueden aumentar el riesgo de enfermedad renal crónica son la diabetes, la presión arterial alta, enfermedades del corazón, el tabaquismo y la obesidad.
Dependiendo de la causa subyacente, algunos tipos de enfermedad de los riñones pueden ser tratados. La enfermedad renal crónica no tiene cura, pero en general, el tratamiento consiste en medidas para ayudar a controlar los síntomas, reducir las complicaciones y retrasar la progresión de la enfermedad.
¿Qué puedes hacer por tus riñones?
8 Reglas de Oro
- Mantenerse en forma y activo.
- Mantener un control regular de los niveles de glucosa en sangre.
- Monitorear tu presión arterial.
- Comer saludablemente y mantener tu peso bajo control.
- Mantener una ingesta de líquidos saludables.
- No fumar.
- No automedicarse.
- Checar tu función renal si tienes uno o más factores de alto riesgo.