Aguas con la psicopatología de los “perrhijos”

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Aguas con la psicopatología de los
Aguas con la psicopatología de los "perrhijos"

Aquellos que caigan en este rubro de ser dueños de “perrhijos” deben de cuestionarse el bienestar que se le está proporcionando a la mascota o incluso a uno mismo

Por Edilberto Peña de León
Neuropsiquiatra, Maestro en Ciencias Médicas

 

Probablemente el término correcto de este fenómeno es el de: “La humanización de las mascotas”.

Se trata de una conducta que innegablemente se ha visto en incremento en los últimos años, donde seguramente todos hemos tenido contacto con alguien que trata a su mascota como un ser humano, por ejemplo, cada semana le compran un regalo nuevo, como ropa, o accesorios nuevos que no son necesarios, la mascota cuenta con nombre y apellido como un miembro más de la familia, no se les restringe la entrada a ningún espacio dentro de la casa, o se incrementan de forma desmedida los gastos superficiales en ella como spa, peluquería y hasta dispositivos para transportarlos a todos lados; bueno definitivamente una señal ya muy clara es cuando se le realiza una fiesta de cumpleaños con sus compañeros de parque de paseo.

Podríamos resumir los datos relevantes para la salud mental en dos vías:

  1. Mascota: el perro, gato u otro animal de compañía, no están genéticamente programados para ser tratados como un ser humano, lo cual les genera frecuentemente confusión de roles y cambios drásticos en su conducta que pueden llevar a una dificultad en su manejo cotidiano, incluso a daños en su salud, ya que ellos manifiestan estos descontroles a través de alteraciones en sus ritmos cotidianos como pueden ser ciclos de sueño y alimentación.
  2. Dueño: este tipo de comportamientos en el dueño de la mascota son reflejos de otros problemas subyacentes. Usualmente encontramos a personas que son portadores de estilos de vida marcados por la soledad, con síntomas significativos de depresión o ansiedad y donde el contacto frecuente con las mascotas es un gran paliativo. No tiene porque ser malo tener un contacto más cercano con el animal de compañía, el problema se presenta cuando se prefiere a la mascota al contacto con otros humanos o incluso se cae en dificultades financieras derivadas de estas conductas.

 

A manera de conclusión, tenemos que decir que aquellos que caigan en este rubro de ser dueños de “perrhijos” deben de cuestionarse el bienestar que se le está proporcionando a la mascota o incluso a uno mismo.

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